Si se puede o no mejorar la belleza natural de un jardín es algo que no tiene duda. Claro que sí, siempre cuando la sensibilidad artística sea la mano que teje ese entramado.

Gemma Kate Wood lo tuvo claro. Se  graduó como ceramista en Londres y los encargos artísticos públicos y privados en los que fue trabajando le despertaron su pasión por los jardines. Esa pasión hizo que trasladara su trabajo a un entorno envidiable  que se convirtió en un fabuloso jardín de esculturas,  realizadas en gran parte con materiales locales. Madera y piedra es lo que predomina y la armonía de esas piezas con el jardín es clara. Formas naturales para incorporar a un jardín cultivado de forma orgánica. Con fronteras de herbáceas, estanque, zonas boscosas, huerta y prados que constituyen un hábitat ideal para la vida silvestre.

Ella se define, en primer lugar y por encima de todo, como artista creativa a la que le gusta recurrir a una amplia variedad de materiales y técnicas de trabajo. Manifiesta que es tan feliz con un pincel fino, como con un cincel o una motosierra.  

Wye Valley, cerca de Bristol, Reino Unido, fue donde se crió y allí decidió volver e instalarse de nuevo porque, afirma, ese lugar le ha proporcionado siempre inspiración. Estamos en la casa y lugar de trabajo de Gemma Kate Wood – Wye Valley Sculpture Garden – y este es el aspecto que tiene ¿nos gusta, verdad? A mí me fascina.

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