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Otros colores de otoño

En plena fiebre de calabazas y hojas rojas y amarillas, a veces parece que nos olvidemos de las flores. Entre ellas, la del crisantemo, de otoño por excelencia. Pero hay más, como siempre y con el tiempo loco, están las que son, las que llegan y no saben bien qué hacer, y las que se tenían que marchar pero no lo hacen. Son otros colores.

El otoño promete ser igual que el del pasado año: tenemos tiempo de verano y día corto de otoño.  Y entre crisantemo y crisantemo, alguna que otra rosa, siempre rosas, hasta el final de otoño. En color rosa la Podranea ricasoliana que cuelga muy relajada, como si no tuviera prisa en marcharse. Los pensamientos también están en la fiesta, porque es tiempo de violas en el jardín(en el calendario, claro) pero todavía no han bailado ni hablado con nadie, pobres, están despistados. La Scaevola aemula  que pasaba por el otoño y se ha quedado. Las hojas del viejo ciruelo que se ponen muy, pero que muy coloradas (no sé bien si del calor o del otoño). 

Así están las cosas, flores, colores,  otoño y ganas de disfrutar del jardín, porque el tiempo acompaña… es decir, que no abandona, que se queda, que no se va, que no, que el verano no se ha ido.

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