Paisajes y jardines Gustav Klimt - Schloss Kammer on Lake Attersee IV, 1910
“Klimt es un artista muy culto y sensible, refinado hasta la morbosidad, pero también ligado a una fórmula decorativa, llena de implicaciones simbolistas. Se diría que él es consciente de la lenta e ineluctable decadencia de la sociedad, de la que se siente un triste cantor…” (El Arte Moderno – Giulio Carlo Argan).

Pintura al aire libre | Klimt


Gustav Klimt (1862-1918) nació en Baumgarten, cerca de Viena. Parece ser que los historiadores del arte coinciden en señalar el carácter ecléctico de su estilo pictórico, aunque se movió más frecuentemente dentro del modernismo y el simbolismo. Pero sus temas recurrentes también se mezclan y, cuando crees que Klimt es sinónimo de grandes murales y ornato; de cuerpos dorados, besos, abrazos, mujeres y símbolos fálicos; su obra nos descubre también la naturaleza y sus matices, esa naturaleza que él observaba con gran interés, para poder reflejar después en sus pinturas diferentes etapas del día de un mismo motivo paisajístico. Y es que el género paisajístico es, sin duda, un plato fuerte en su obra y en él se incluyen más de 40 pinturas.

Klimt Schloss Kammer on Lake Attersee I (Watercastle), 1908

 

 
Lago Attersee

En 1890, Klimt comenzó a viajar con la familia Flöge al lago Attersee, rodeado de montañas, en el corazón de los Alpes Austriacos. Es el lago más grande de la región de Salzburgo y el tercer lago más grande de Austria. Con 20 km de norte a sur y 4 km de este a oeste, su profundidad media es de 80 metros y el punto más profundo tiene 171 metros. Ese agua, potable y cristalina, y sus reflejos, se convertirían en el punto visual de muchas de sus obras. Pero también lo haría el paisaje circundante, sus praderas, montañas o el castillo.  
Los enfoques se acercan y alejan a su antojo, y los planos se cortan intencionadamente para dejar fuera elementos arquitectónicos o paisajísticos. Los tonos más bien fríos, con cierto aire melancólico, de las primeras pinturas de paisaje de Klimt, fueron derivando hacia un colorido más cálido con especial atención, no tanto a los árboles o arbustos, como a las flores y frutos.

Painting the Modern Garden
Se trata del Klimt que mencionaron en su día al presentar la reciente exposición de la Royal Academy of Arts de Londres, de la que he hablado en varios artículos: Painting the Modern Garden. De Monet a Matisse
En esa presentación hablaban del protagonismo de Monet, a quien se le considera el pintor de jardines más importante de la historia. Pero eso no significa que no destacaran en ese género de pintura otros artistas fascinados por el mundo de la horticultura, tales como Renoir, Cezanne, Pissarro, Manet, Sargent, Kandinsky, Van Gogh, Matisse, Klimt y Klee.  Y, concluyen, a estos artistas, como a otros, el jardín les dio la libertad para abrir nuevos caminos y explorar el mundo siempre cambiante que les rodea. 
Siempre cambiante el jardín y siempre inspirador, también; tanto como lo es el paisaje.

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