Como sucede con todos los jardines botánicos, el Jardí Botànic de la Universitat de
València constituye un patrimonio que tenemos cuidar y mimar entre todos. Hay que visitarlos con frecuencia para darles sentido y continuidad.
Es mucho lo que se pueden decir de un jardín botánico y todo lo que de él se quiera comentar es imposible resumirlo en la entrada de un blog. Del mismo modo que no se puede apreciar todo en un solo paseo. A los jardines hay que acudir muchas veces para ir recogiendo diferentes imágenes y así poder capturar mejor todo el repertorio de sensaciones que pueden ofrecernos sus plantas y su disposición.
Hace poco acudí a ver la exposición de Horts de Tarongers y
quise aprovechar para hacer algunas fotos. Como la ciclogénesis explosiva había hecho acto de presencia ese
domingo, pensé que lo mejor que podía hacer era dirigirme al extremo
nororiental del jardín, donde se ubican las plantas crasas. Es una
zona habitualmente soleada (excepto ese día, todo hay que decirlo...) de 1.200
metros cuadrados de superficie. Allí existe una colección de suculentas
iniciada a finales de los años sesenta. Las plantas están ordenadas siguiendo
un criterio biogeográfico, de modo que cada continente tiene las
más significativas Así, en la mitad sur encontramos plantas provenientes de desiertos
cálidos y secos de África, como Aloe, aizoaceas, crasuláceas, además de flora
suculenta canaria, representada por diferentes especies de Aeonium. En la mitad
norte, plantas de los desiertos cálidos y secos de América, entre ellas,
agaváceas y cactus.
Animo a aquellas personas que visiten Valencia a dar un paseo por su el Botànic y, por supuesto, empezar disfrutando de los graffitis de la entrada. Es un destino muy recomendable también por su ubicación. Junto a este jardín están, entre otros lugares de interés, el Jardín de las Hespérides, el tramo 4 de los Jardines del Turia y el IVAM. El barrio del Carmen y sus peculiares balcones están a un paso, así como las magnificas exposiciones en lugares con encanto como el Centro del Carmen. Caminando se puede llegar hasta el Jardín de Monforte, los Jardines del Real y resto de tramos de los Jardines del Turia. Y así, suma y sigue, pero despacio, porque Valencia, como todas las ciudades se saborea más poco a poco.
Nos vemos en el Botànic de València... y alrededores.
Colecciones Plantas Vivas | Plantas crasas
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