Se
graduó en la Universidad de Derby, Reino Unido, en Diseño Sostenible 3D y en su obra deja
patente sus dos pasiones: el jardín
y el diseño. Se sirve de su propio jardín como fuente de
inspiración, pero también lo hace a través de sus visitas a diferentes jardines botánicos y, por supuesto, del
campo inglés.
Para
imitar las figuras fluidas que la naturaleza nos revela, las esculturas de Rachel
Carter son moldeadas mediante el uso de ramas de sauce, que conserva con
aceite de linaza. Crea remolinos con ese mimbre y lo entrelaza y teje sobre una estructura esférica de acero dulce soldada. Ninguna esfera es igual, ni en la forma ni en el tamaño, pero todas resultan
especialmente atractivas dentro del entorno donde se ubican.
Ha llegado a
presentar esculturas a base de un centenar de esferas que se conectan entre sí,
para crear, finalmente, una escultura que puede tomar diferentes formas,
adaptándose de este modo al entorno del paisaje o del jardín donde se vaya a
instalar.
La Royal Horticultural Society le ha concedido el 'Certificate of Commendation' por la presentación de su stand en Chelsea Flower Show 2013. Este
año ha presentado por primera vez una de sus esculturas cubierta en
bronce. Coincidiendo con el Centenario, se exhibió allí esa pieza que posteriormente ha sido
donada a Derwent Valley, Derbyshire, cuna de la Revolución Industrial y futura
ciudad Patrimonio de la Humanidad en 2014.
Me gustan sus
esculturas, la forma en que armonizan con los diferentes entornos naturales
y especialmente el contraste de las esferas entre flores silvestres. He querido
traeros algunas imágenes y confío en que a vosotros también os guste su trabajo.
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