Como
suele suceder en estas fechas, alguien siempre vuelve a casa. En ocasiones con
ilusión, otras con pereza y casi siempre con ganas de recuperar por unos
minutos algún momento que deja un recuerdo dulce en tu vida.
Eso
hice el día de Nochebuena por la mañana. Cogí la cámara, bajé las escaleras. Crucé la calle y avancé un poco hasta llegar
a la librería del barrio. Hice fotos desde fuera a un escaparate al que
he pegado la nariz millones de veces,
porque al pasar delante de él, era casi obligada la parada que servía
para conocer las últimas novedades. Entré decidida. Dije, buenos días,
vengo a hacer fotos porque voy a
escribir una entrada en el blog sobre vosotras, no en vano, esta ha sido mi
primera biblioteca. Un chico que estaba hablando con una de las propietarias
comentó, claro que sí, y de muchos. Era casi la biblioteca del barrio.
Y
es que en aquella época lo habitual era que las librerías funcionaran a la
antigua usanza, es decir, un mostrador y una persona al otro lado que
preguntaba ¿Qué desea? y a la que tú
respondías preguntando por el libro que buscabas.
Pero en Aliana no. Allí olía a biblioteca. Se entraba, se saludaba y a
continuación avanzabas hasta el fondo, donde te aguardaba un rincón mágico, con
una mesa grande, cuadrada, llena de
libros y alrededor estanterías hasta el techo llenas de títulos ordenados
por temas y una escalera que te llevaba hasta ellos. Podías disfrutar el tiempo que desearas, sin
que nadie te interrumpiera. Y si ningún libro cumplía tus expectativas, te
marchabas saludando del mismo modo que habías entrado.
Hoy
sigue igual, nada ha cambiado. Ni siquiera las propietarias, personas amables, afectuosas, cultas y llenas
de ilusión. Hace más de 21 años decidieron, poco a poco, especializarse en
libros sobre Gastronomía, cocina
y vinos. Hoy en día es un
establecimiento de referencia para expertos, profesionales y aficionados y
están presentes en la Feria del Libro de
Madrid que se celebra cada año en el Retiro.
Tienen todos los libros que puedas
imaginar. Son más de 4.500 títulos de
gastronomía abordados desde diferentes materias. Asesoran, orientan, te ayudan. Siempre lo han
hecho y siguen haciéndolo.
No
tienen miedo a los grandes, porque Internet nos hace grandes a todos y,
además, juegan con ventaja, cuentan con
muchas generaciones que hemos crecido (unos más que otros) junto a sus libros y
eso hace que nos sintamos cómplices de su establecimiento.
Si
os gusta la gastronomía, esta librería se puede convertir en un pequeño
tesoro. Está en Madrid, pero su página web o su fanpage en Facebook llegan
mucho más lejos y la venta online
acerca los libros hasta el lugar más remoto. Venid, vamos hasta el fondo de la
tienda, que quiero enseñaros la mesa llena de algunos libros que estuve ojeando
el otro día.