Lo
más grande del Retiro no es la superficie
que ocupa, que también lo es, sino los rincones que esconde. No me canso de
decirlo, al Retiro se puede ir una y otra vez y siempre vuelves a casa con
algún tesoro nuevo que motiva tu deseo de regresar pronto a ese pulmón de
Madrid.
La
semana pasada visité el Vivero Municipal
de Estufas del Retiro -los más antiguos del Ayuntamiento de Madrid- y tuve la suerte de conocer a Javier Spalla,
Jefe de División del Departamento de Arbolado Urbano y Producción Vegetal, a
quien agradezco su atención y generosidad al facilitarme información sobre el Arte y Botánica en los Jardines del Buen
Retiro, sobre la exposición que han
creado y el trabajo que continúan
haciendo para salvaguardar la historia
del viverismo en España y de sus
protagonistas. Y no es tarea fácil, si tenemos en cuenta que el soporte con el que cuenta es mínimo y los medios escasos.
Pero voluntad e ilusión por el proyecto les sobra y por tal motivo, merecen apoyo en la tarea de tutelar un
patrimonio tan apreciable y lograr que éste siga prosperando.
La
visita coincidió en un día invernal, algo frío, nublado, casi a punto de llover; pero no restó encanto a mi apreciación con
respecto a esa muestra sobre los orígenes de la horticultura en España: Estufas,
invernaderos adosados, invernaderos a dos aguas y cajoneras reproducen el
diseño típico de un vivero tradicional.
En sucesivas entradas compartiré
información de esa visita y, de momento,
dejo algunas imágenes que hice a la llegada. La primera foto corresponde
Monumento del Ángel Caído, en la Glorieta del Ángel Caído del Retiro de Madrid,
que nos ayuda a ubicarnos, porque a tan solo unos metros se encuentra el Vivero
Municipal Estufas. (Información y visitas 915 888 889). De momento vamos a ambientarnos y ya volveremos otro día.
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