Vamos
a dar un largo paseo, rodeados de castaños de cien años de edad. Tenemos donde
elegir, porque la superficie ocupa 600 hectáreas. Mucho campo, bosque
mediterráneo, garriga, viñedos y olivares; una abadía y un jardín que nos hará soñar y
viajar en el tiempo.
En
el corazón de les Alpilles, en Saint-Remy de Provence, Francia, la reconocida arquitecta paisajista Dominique Lafourcade, junto a su hijo Alexandre, un arquitecto especializado en restauración, fueron los encargados de rediseñar la casa y el jardín de Abbaye
Sainte Marie de Pierredon, un diseño que no tiene otro
propósito que el de reproducir el espíritu de la vida autosuficiente que
llevaron los monjes que en su día habitaron este lugar, cuyo origen está en la capilla románica del
siglo XII que, alrededor de 1205, se convirtió en abadía. El cultivo del campo y la cría de ovejas era el modo de subsistencia de los monjes y, tras años de
abandono, en 2001 los nuevos propietarios decidieron devolver al lugar su esencia,
recreando el contexto agrícola que le había caracterizado antiguamente.
El
jardín, sobre una superficie plana, soleado y protegido del viento, fue diseñado en armonía con los edificios, pero
también con el contexto que los envuelve. Se replantaron viñas, campos de
olivares y lavanda. Para suavizar las líneas sobrias de la fachada, una inmensa glicinia azul; el blanco y azul
dominando en los parterres y trepando por celosías, rosas y variedades antiguas de vid. En el jardín comestible, el método de cultivo
es orgánico y en él se combinan verduras y flores comestibles.
Es
calma, serenidad. Es la Provenza, poco más se puede añadir, o sí, alguna
escultura, arte en armonía con la naturaleza.
Imagenes via Abbaye de Pierredon
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