arboles Prunus

A la sombra de un buen árbol, o más.



Los seres vivos más viejos del planeta, y lo más útiles. Hoy nos ponemos ropa cómoda y fresquita, porque se supone que son las 6 de la tarde, una tarde de verano muy calurosa, para ser exactos.


Estamos en una pequeña parcela, de todas las que tiene cultivadas Manolo por esta comarca. A veces me gusta acercarme hasta allí, soltar la bici y hundir los pies entre las rosas (ahora están las que no se vendieron y algo sofocadas, las pobres…) o pasear entre las alineaciones de Aligustre arbóreo (Ligustrum lucidum) que son todavía jóvenes pero muy disciplinados y es un auténtico lujo sentir el frescor que proporciona su sombra. A medida que caminas sientes cómo la temperatura del aire cambia drásticamente. Es como un túnel de ensayo en el que comprendes el trascendente papel de los árboles




También tiene plantados algunos Ciruelos pissard (Prunus cerasifera ‘Pissardii’), con sus espectaculares hojas de color rojo purpura, a veces intenso y oscuro. Pero éstos son todavía muy chiquitos, tenemos que esperar un poco para disfrutar al cien por cien de sus capacidades.





Es una mirada al futuro, y visto así, ese futuro pinta muy bien. Mucho por hacer y por recibir. Si alguno de esos jóvenes árboles ya dan buena sombra, se podría decir que hoy bien y mañana mejor. Y ahora os pregunto ¿habéis pasado mucho calor? ¡Claro que no! Pues menudos árboles teníamos.
Los árboles y el ciclo del agua: los árboles interceptan el agua, la almacenan y ayudan a almacenarla; también nos defienden de la erosión hídrica y de las riadas.
Los árboles y el suelo: los árboles de los bosques son los encargados de formar el mantillo o capa de materia orgánica en descomposición que asegura el reciclaje de gran cantidad nutrientes básicos para la vida.
Los árboles y el clima: los árboles reducen la velocidad del viento, aumentan la humedad relativa del aire, aminoran los efectos de la radiación solar sobre el suelo y disminuyen la temperatura en tiempo caluroso o la aumentan en tiempo frío.
Los árboles y la atmósfera: los árboles actúan de sumidero de dióxido de carbono. Además tienen la facultad de filtrar hasta una tonelada de polvo por año y de mejorar la calidad del aire reduciendo la cantidad de contaminantes atmosféricos.
Los árboles y la fauna: los árboles son para una gran cantidad de animales fuente de alimento o lugar de cría, protección o abrigo. A cambio, los animales silvestres contribuyen a los flujos de energía del ecosistema como parte importante de la cadena de alimentos y diseminan su polen y sus semillas.
Los árboles y nuestra calidad de vida: los árboles contribuyen a hacer nuestra vida y nuestro entorno más bello y agradable. Realzan y llenan de color los paisajes, dan privacidad, reducen la luz intensa y el ruido, son el componente perfecto en los lugares de esparcimiento y de juego, dan frescura a la ciudad, mitigan la contaminación atmosférica, incluso, según diversos estudios, mejoran la salud y el equilibrio psíquico ayudándonos a eliminar el estrés.
Fuente: larioja.org (M.Ambiente | Biodiversidad)

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