Mencioné esas fotografías al hablar del Museo del Tulipán en Ámsterdam el año pasado. Ahora, el turno viene de la mano de un libro que podría convertirse en una obra de culto para los amantes de las flores y la fotografía; para los amantes de la belleza sutil e intemporal.
Silent
Beauties | Leendert Blok
Leendert Blok
(1895-1986) experimentó con la fotografía en color y el uso del formato
panorámico. En los años veinte, el fotógrafo holandés trabajó en estrecha
colaboración con los productores de flores, proporcionando impresiones en color
y autocromos para los catálogos de visualización de las distintas especies que
se cultivan. Leendert Blok capturaba las
flores como objetos de deseo, utilizando la técnica de placa autocroma.
Gilles
Clément (jardinero, arquitecto paisajista, botánico y entomólogo francés es el encargado de acompañar las fotografías con un texto
que deja ver cómo Leender Blok, a pesar de tener la misión de retratar las
diferentes variedades de flores, los cultivares, su aspecto meramente botánico,
sin embargo, suaviza su técnica. Retrata tulipanes, narcisos, dalias,
jacintos, lirios y gladiolos, pero las flores son capturadas como si se tratara
de un objeto de deseo. Los tonos apagados, bronce suaves, dicen, sitúan
las obras en un mundo intemporal. Las flores ya no están directamente vinculadas
con la naturaleza, sino que se presentan como el fruto de la manipulación del
hombre, artificios con el único objeto de hacerlas comercialmente deseables.
Casi nada…
¿Es osado competir con la belleza natural? ¿Es realmente bello lo que no es natural? Muchas
cuestiones, un libro con bellísimas y evocadoras fotografías; y unas palabras
que las interpretan sutilmente. Una danza que de momento no podemos bailar en español -está editada en inglés- pero si se publica en nuestro idioma os lo haré saber, por si alguno de vosotros
estuviera interesado.