Hay quien opina que los
capítulos de las plantas de la especie Globularia Alypum son muy persistentes,
por lo que una vez pasado el período de floración se mantienen secos sobre la
planta y conviene eliminarlos para que no le resten valor ornamental.
Sin embargo, ha cambiado mucho
la consideración de lo que merece la pena conservar o no en el jardín. También
se ha modificado la forma de disfrutar de él. Las cuatro estaciones cada vez
tienen más atractivos y el ya popular concepto de Piet Oudolf que hace
referencia a que el marrón no debe despreciarse en el jardín porque también es
un color - “Brown is also a color” - cada vez se comprende y aprecia más,
especialmente cuando la luz del amanecer o el atardecer ilumina esos marrones, que hacen que el jardín de finales de otoño y comienzos de invierno resulte
especialmente atractivo.
Hace un tiempo compartí algunas imágenes de la Globularia Alypum (ver aquí) cuando lucía unas bellísimas y pequeñas inflorescencias en capítulos terminales, cuya corola es bilabiada. El labio inferior, de color azulado, es más alargado y se dispone formando una corona alrededor de la inflorescencia, lo que le ha otorgado algunos de sus nombres populares: Coronilla de fraile o coronilla real.
Suele crecer en matorrales
soleados, sobre suelo poco profundo y calizo. Es una planta muy rústica y sin
apenas necesidades hídricas, que resiste el frío -Zona 8 (-12,2 A -6, 7º
C)- pero prefiere climas suaves, sin
heladas.
Se distribuye por toda la
Región Mediterránea (especialmente por el litoral mediterráneo) y suele
florecer después de las primeras lluvias del otoño, prolongándose hasta las
primeros días de la primavera. Aunque hay quien afirma que florece durante casi todo el
año, lo cierto es que las fotos que compartí en su día eran del mes de febrero
y todavía estaba en flor. Las que muestro aquí, sin embargo, son de hoy y las
flores ya están secas.
Planta para
jardín mediterráneo de bajo mantenimiento
Independientemente del azul de
sus flores frescas o el marrón de las más secas, la planta tiene un porte
subarbustivo, con mata muy ramificada, tallos erectos y follaje perenne de
color verde intenso que le dan un gran valor para su uso en jardines
mediterráneos de bajo mantenimiento. Mejor en combinación con otras especies de
herbáceas perennes como Lavandula, Santolina, Salvia, Asteriscus, Myrtus
communis, etc.; así como arbustivas de porte bajo y pocos requerimientos
hídricos.
Una silvestre mediterránea que
alegra los paseos por el campo y que empieza a cultivarse para su uso en
jardines -públicos y privados- de bajo mantenimiento y en trabajos de
restauración ambiental.
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