Se inauguró hace algo más de
un mes, lo que significa que ya muestra su mejor cara. Con alguna que otra exhibición y pasatiempo
que nada tienen que ver con la horticultura, pero siempre ofreciendo una
muestra en toda regla de lo que pueden dar de sí algunas plantas bulbosas en
primavera y, muy especialmente, los tulipanes.
Un verdadero espectáculo, no cabe duda, el que ofrece todos los años Keukenhof, en los Países Bajos, considerado como el jardín de primavera más hermoso del mundo.
El tema de este año en Keunkenhof es Romance in flowers, que se ha representado con un mosaico de tulipanes, un tanto cursi desde mi punto de vista, no puedo evitar
decirlo y lo hago sin ánimo de ofender a nadie, porque para gustos, los colores (y los mosaicos de flores). Tal y como adelanté en su día, el mosaico se sembró en dos capas, con
el fin de prolongar su floración a lo largo de la primavera. Está compuesto por
50.000 bulbos que incluyen tulipanes (Tulipa),
jacintos de uva o jacintos ramosos (Muscari
bothyroides) y diferentes variedades de Crocus.
Sin embargo, a cambio nos
regalan, como cada temporada, coloridas alfombras y ríos de flores, que ya
apuntaban maneras en Keukenhof el día que se abrió al público, el pasado 22 de
marzo. A medida que pasaban los días y subía la temperatura, el parque se ha iba tiñendo de
amarillo gracias a las flores de los narcisos. A continuación, los tonos rojo, naranja, rosa
y azul de los tulipanes y jacintos se iban haciendo cada vez más presentes,
como lo han hecho los coloridos campos de cultivo alrededor de Keukenhof.
Además, en los espectáculos
que se organizan bajo techo en el Pabellón Willem-Alexander, en el Pabellón
Oranje Nassau y en el Pabellón Beatrix, se está pudiendo disfrutar de
exhibiciones de orquídeas, hortensias, tulipanes y
gerberas.
Y continúa esa fiesta, porque
las flores que invaden este parque perseveran y siguen pintando de alegres
colores la primavera. De hecho, lo harán hasta que finalice, el 13 de mayo de
2018, esta exhibición floral que, para entonces, habrá recibido más de 1 millón
de visitantes de todo el mundo.
A partir de su clausura y,
para mantener el nivel de excelencia, cada año, tras la celebración del
festival, se renueva toda la tierra y, a partir de octubre y hasta diciembre,
se plantan de nuevo los bulbos
de tulipanes y otras especies. Pero para eso aún falta tiempo. De momento,
vamos a disfrutar de esta estación. Si os parece, nos quedamos un rato por aquí,
para recrearnos viendo algunas imágenes de las flores de la primavera en Keunkenhof, que es lo que nos corresponde ahora.
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