Arte Pintura pintura jardin

Jardín de El Olivillo de Felipe Abárzuza

Jardín de El Olivillo (detalle) •• Felipe Abárzuza y Rodríguez de Arias, 1925 •• Museo de Cádiz
Hay descubrimientos que nos alegran el día, especialmente si vienen cargados de flores y luz. Los jardines y patios suelen ser modelos recurrentes para el estudio de luces y sombras en la pintura. En esta ocasión, la imagen del día nos lleva a un cuadro donde el blanco de una pared encalada contrasta con los destellos de los colores florales. También se revela alguna pequeña sombra, intercalada entre el ambiente soleado de un jardín de Cádiz.
El jardín representado en esta pintura de Felipe Abarzuza y Rodríguez de Arias (Cádiz 1871-Puerto Real, Cádiz 1948) es el jardín que existía en la propia casa-estudio del artista, situado en un lugar conocido como ´El Olivillo’, en la costa noroeste de Cádiz, y que da nombre al cuadro, datado en 1925, El Jardín de El Olivillo

Jardín de El Olivillo  ••  Felipe Abárzuza y Rodríguez de Arias,  Cádiz, 1925 •• Museo de Cádiz
Felipe Abárzuza, pintor, restaurador y fresquista español, comenzó su formación en la Escuela de Bellas Artes de Cádiz, donde fue discípulo de José Morillo y posteriormente amplió sus estudios en Madrid, de la mano de Joaquín Sorolla. Dicen que de Madrid se llevó los aires nuevos del iluminismo y los postulados del impresionismo y, a su regreso a Cádiz, Abarzuza llegó a renovar el ambiente artístico de su ciudad natal, influyendo notablemente en los pintores gaditanos de su generación, que a menudo se reunían en la casa-estudio del pintor en El Olivillo.
Sin duda, esta representación paisajística, un óleo sobre lienzo de 1,6 m de altura y 1,40 m de anchura, exhibe una verdadera sinfonía de colores que, con pinceladas breves y sueltas, se encuadra dentro del luminismo, procedimiento pictórico en el que se trata de captar la incidencia de la luz sobre los objetos como simple exaltación cromática de estos.

Jardín de El Olivillo (detalle) •• Felipe Abárzuza y Rodríguez de Arias, 1925 •• Museo de Cádiz
Pero ¿qué objetos son los que dan color? La obra recoge un ángulo del jardín del pintor en el que hay un complejo entramado de plantas, enredaderas, flores y macetas. En la parte lateral izquierda están los geranios trepadores (Pelargonium peltatum) sobre el muro blanco de la casa y delante de ellos macetas con otra especie de geranios (Pelargonium zonale). Enfrente, una pérgola sobre dos pilares sostiene un rosal. Desde el primer plano y hasta el fondo, se extienden una numerosa variedad de plantas y algunos árboles.
Jardín de El Olivillo (detalle) •• Felipe Abárzuza y Rodríguez de Arias, 1925 •• Museo de Cádiz
He buscado información sobre este jardín, pero no he obtenido ningún resultado. Tampoco encontré referencia alguna acerca de la posibilidad de que Abárzuza fuera aficionado a la jardinería, aunque todo apunta a que no era así. Lo que si deja ver es su admiración por lo que sus ojos contemplaban en ese jardín que, a juzgar por este cuadro, se trataba de un precioso jardín de flores.
Hay días en los que descubres luz, color y belleza con una sola mirada. Hoy encontré una pintura de la primera mitad del siglo XX, que está colgada en una pared de la sala VII del Museo de Cádiz. Hay días en los que parece que tenemos suerte.

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