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The Return of Nature | Timo Helgert (Vacades) | Museo del Prado. Madrid |
The Return of Nature es el nombre de la serie de vídeos que el artista digital alemán Timo Helgert ha creado y publicado en Instagram en los últimos meses. En esos vídeos, nos muestra lugares simbólicos de algunas ciudades que aparecen “invadidas” por la naturaleza. Las calles y el interior de algunos edificios emblemáticos se presentan reemplazados por prados floridos, mariposas, los sonidos de la naturaleza e, incluso, el canto de los pájaros. Un perfecto escape visual para combatir el aislamiento impuesto por la pandemia.
Ya se sabe que en tiempos de crisis se agudiza la creatividad, y los artistas, obviamente, no están exentos de ese instinto. Son numerosas las fotos que se han podido ver durante los días de confinamiento por la COVID-19, imágenes donde se muestra cómo la flora silvestre recuperaba su espacio brotando entre el asfalto.
Pero Timo Helgert (@Vacades), ha querido ir más lejos y no ha escatimado en flores, creando grandes prados floridos en calles vacías donde lo único que se escucha es el canto de los pájaros. Son vídeos de ciudades invadidas por las plantas que fascinan, al tiempo que dejan al descubierto la incertidumbre y el misterio que despierta observar una gran ciudad abandonada. Incluso los estadios de futbol o vagones de metro vacíos se llenan por arte de magia de flores.

Lo cierto es que gracias a esos vídeos hemos podido escapar por unos segundos a grandes ciudades como París y su torre Eiffel, Brooklyn, Seúl y Tokyo entre otras. Nos hemos quedado a las puertas del Taj Mahal, observando ensimismados la hermosa pradera de flores frente a la imponente fachada de mármol.

Para cerrar la serie, en su última pieza nos lleva hasta Madrid, donde reinventa el Museo del Prado, que también aparece maravillosamente invadido por flores y mariposas, muchas más flores que, incluso, las que Eduardo Barba ha podido identificar en las pinturas que se exhiben en ese museo.

Escapar de la realidad no es la solución, pero en algunas ocasiones hacerlo ayuda, para que nos vamos a engañar. Al fin y al cabo, el arte suele estar al servicio del escapismo y evadirse puede llegar a ser una terapia.