Jamás utilizaría la catástrofe ecológica que estamos sufriendo en Valencia para llenar un post en este blog. Y os aseguro que tengo muchas fotos, información, sensaciones, pulmones cargados de humo, rabia y ganas de denunciar. Pero es un tema tan doloroso, que es necesario saber manejarlo con prudencia, para no herir la sensibilidad de todas las personas que están sufriendo y viviendo dentro de ese infierno y los que luchan por extinguirlo.
Por eso, y para llevarles a esas personas algo de alegría y consuelo, he preferido hablar de una planta que puede regalar auténticas alfombras verticales de color. Creo que no es demasiado apreciada ni considerada, aunque muy popular y comercial. Una planta crasa y humilde: La portulaca, también conocida como verdolaga. En manos de personas que sepan apreciar las plantas, puede convertirse en un auténtico espectáculo de color. Regala flores maravillosas, pequeñas, pero tan bien hechas y abundantes, que son un regalo para la vista.
Aquí os muestro las dos portulacas más conocidas, la portulaca grandiflora de flor doble -con diferentes colores en la misma planta- y la portulaca umbraticola. La grandiflora, recién traída del vivero. La umbraticola es del año pasado. Esquejes que planté en pequeñas jardineras y que han pasado el invierno en el alfeizar de ventanas orientadas al sur.
Son primeros planos que espero que sirvan para apreciar bien la gran belleza de su diminuta flor.