Nuestras Plantas viveros

¿Qué es un vivero de producción de plantas ornamentales?


¿Qué es un vivero de producción de plantas ornamentales? 

Una humilde imitación de la naturaleza y, como todas las imitaciones, cuando rascas un poco se tambalea e, incluso, se derrumba.

Un suplicio, a veces, pero también un orgullo cuando, por fin, consigues ver el suelo del vivero cubierto de una gran cama de vegetación fresca y si la planta es de flor, colores salpicando el suelo.

Pero hay una parte no tan eufórica. Son esos días en los que los cultivadores profesionales tenemos que pelear con el viento que arranca sin piedad el plástico y la malla, que tumba una detrás de otra las miles de macetas perfectamente alineadas, que deshidrata las plantas y zumba en tus oídos hasta volverte casi loco. 

Las lluvias que no vienen o las que vienen torrencialmente, anegándolo todo, o esas heladas traicioneras que caen cuando la planta tierna ya ha brotado.

El granizo escupiendo piedras que destrozan cultivos enteros y hunde las mallas de sombreo hasta aplastar con su peso las plantas que tiene debajo.

El frío siberiano que en ocasiones nos visita inoportunamente, pasando a fuego sectores enteros de plantas, que resisten y quedan vivas, pero inservibles para la venta.  

También hay que pelear con los conejos que pinchan los goteros, que solo adviertes cuando sale el agua disparada hacia cielo y la única manera de localizarlo entre miles de goteros es esa, acercándote cuando escupe el agua, un gotero aquí, otro allí y otro más allá. Uno detrás de otro y tú detrás de cada uno.

Cada mañana acudes con otra  incertidumbre ¿habrá entrado alguien a robar esta noche? ¿Qué se habrán llevado esta vez? ¿Habrán causado mucho destrozo?


Por supuesto el sueño también te lo pueden quitar las plagas, que no cesan, porque si no llueve y hace calor la araña roja puede acampar en ese invernadero lleno de delicias. Pero si, por el contrario, llueve y hace calor, será el pulgón el que se beneficie del festín.

Y somos afortunados si ese pulgón no ha hecho una visita inoportuna en su día y trae un regalo en forma de virus, que dejará tocada la producción de ese sector hasta el punto de tener que ‘sacrificarla’, porque ya no va a sobrevivir  y las que están próximas corren peligro de ser contagiadas.

Un ligero descuido con el abono, por defecto o por exceso, también deja su rastro y en el mejor de los casos se puede corregir si se trata de carencia, pero hay que esperar a que la planta reaccione para poder ponerla a la venta.

Al entrar en el circuito comercial más tarde,  probablemente tu planta ya no sea necesaria,  porque se ha quedado fuera del «calendario establecido» por las reglas del marketing, que no suele coincidir con el de la madre naturaleza sino con las festividades más comerciales.

En ese momento tienes que decidir qué haces con esa producción y de dónde sacas el espacio que necesitas para continuar el siguiente ciclo de cultivo, porque tienes un plantel preparado que necesita urgentemente ser trasplantado y colocado en su correspondiente gotero, para continuar con su cultivo. Y aquí no funciona eso de ‘donde comen dos, comen tres’.

Por último, y lo más difícil, ser fuerte y no mostrar miedo a quedarte con toda una producción sin vender, a pesar de haber invertido dinero, esfuerzo e ilusión.  Si dudas, puedes ser pasto de aquellos que mueven los hilos de este mercado.



Así es el mercado de la planta ornamental, grande, muy grande -como lo es Europa- y si tu vivero de producción es modesto, debes aprender a buscar tu sitio, tu pequeño nicho de mercado, y siempre sin mostrar vulnerabilidad, porque si lo haces probablemente venga a visitarte un señor con su flamante Jaguar, cuando la nieve cae sobre el invernadero (y uno se asusta porque eso no es habitual en la zona),  se llevará la mano al bolsillo y te dirá con prepotencia ‘vosotros sabréis lo que queréis: iros a casa con este dinero o arriesgaros a ver lo pasa con las plantas en este invierno frío que se presenta’. Por supuesto, hablamos de venta a pérdidas, algo que empieza a ser peligrosamente enfermizo en la agricultura.


Eso es un vivero de producción de plantas ornamentales, un lugar -más o menos grande-  en mitad del campo donde se cultivan cientos de miles de plantas que se venderán después a los centros de jardinería y otros establecimientos especializados. Y todo con la esperanza de llenar jardines (públicos y privados), balcones y terrazas de verde, de vida.
Un «negocio» dentro de un mercado donde cada vez priman más lo códigos de barras, las etiquetas y los royaltis. Aún así, no nos rendiremos, porque nos apasionan las plantas, las nuestras y las de otros cultivadores; y no dejaremos de cultivar plantas, aunque a veces las manos se hielan y el corazón parece detenerse.

Es nuestro ‘viejo y destartalado» video, cuantos más años pasan, más nos emocionan estas fotos de las gardenias.
Y continuamos cultivándolas y la alstroemeria, pelargonium (zonale, peltatum y grandiflorum), polygala …  
seguiremos llenando de plantas y flores los jardines y balcones.

Vivero La Tabla | Las gardenias

 

VIVEROS PRODUCTORES
·         Productores de Planta Joven, semillas, bulbo y material vegetal. 
 Dan servicio a:
o    Productores de Planta y Flor
o    Centros de Jardinería  
o    Distribuidoras de planta, semilla, flor y material vegetal
·         Productores de Planta y Flor
Dan servicio a:
o    Centros de Jardinería
o    Distribuidoras de Planta y Flor
COMERCIALIZADORAS
·         Distribución de planta, semilla, flor y material vegetal
Dan servicio a:
o    Productores de Planta y Flor (semilla y material vegetal), 
o    Centros de Jardinería (planta y flor)
o    Profesionales -paisajistas y jardineros- (planta y flor)
PUNTOS  DE  VENTA
·         Puntos de Venta al Público
Son, mayoritariamente, lo que conocemos como Centros de Jardinería (garden center o vivero) y las floristerías.
Dan servicio a:
o    El público en general
o    Profesionales (paisajistas y jardineros) con una tarifa especial


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