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La Foce. Mucho más que un camino sinuoso de cipreses en la Toscana

Villa La Foce e n Crete Senesi , al sur de la Toscana

Cuando compraron la finca, en 1924, ella pensaba que era el campo más hermoso, con cierto aire silvestre, que había conocido. Sus amigos pensaron que estaba loca. Hoy en día, La Foce, en la Toscana, es uno de los jardines más bellos de Italia.

Villa La Foce y su explotación agrícola se encuentran en Crete Senesi (colinas de arcilla de Siena), al sur de la Toscana y con vistas al Valle de Orcia (en italiano, Val d’Orcia o Valdorcia), el conocido valle italiano declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Empezamos bien ¿verdad?

Pude ver el jardín de La Foce en la popular serie de Monty Don y tenía pendiente mencionar este jardín en el blog. Dicen que el paisaje del sureste de Siena es más salvaje y menos verde que el color predominante en los campos de Florencia, y que a medida que nos acercamos al Valle de Orcia se va haciendo casi árido. Los solitarios montículos de arcilla parecieron no disgustar mucho a Iris Origo.

Iris Origo y La Foce

En 1924 la biógrafa e historiadora anglo-estadounidense Iris Origo y su marido italiano, Antonio Origo, decidieron comprar La Foce, una enorme propiedad al sur de Pienza, con vistas al Valle de Orcia por un lado, y buena parte de Umbría por el otro.

En su momento la finca tenía una extensión total de 1.400 hectáreas, con 25 granjas, todas en ruinas; y una villa del siglo XVI con 11 dormitorios. No había luz ni baños. Iris Origo tenía entonces 23 años y tuvo claro que su propósito al adquirir esa propiedad, era llevar prosperidad y cambios sociales y culturales a la zona, entonces empobrecida, de el Valle de Orcia.

Prosperidad para el Valle de Orcia

Dedicaron años a preparar el terreno, deteniendo la erosión, para lograr que fuera óptimo para la agricultura moderna.  Creó explotaciones agrícolas (vid, campos de maíz y olivares, principalmente), aumentando el número de granjas a 57 y la superficie de los terrenos hasta 2.800 hectáreas. Además, adquirieron el castillo del siglo XI y una capilla que había en el camino. La mayoría de las casas rurales de La Foce fueron rediseñadas para convertirlas en un destino único de vacaciones y, de este modo, tener otra fuente de ingresos.

Se construyó una guardería y una escuela para los niños locales. Con el fin de evitar que los padres dejaran a sus hijos en casa, se proporcionaba el almuerzo y el transporte. Se construyó también una enfermería, un club social para los trabajadores y un pequeño cementerio (considerado una de las mejores creaciones de Pinsent).

De todas las transformaciones que realizaron, dicen que su legado más duradero es el jardín, considerado uno de los más bellos de Italia.

Iris Origo era una apasionada del orden y la simetría de los jardines florentinos, de modo que ya tenían un punto de partida. Ella y su marido contaron con la ayuda de Cecil Pinset, (1884-1963), un afamado arquitecto y diseñador de jardines inglés, amigo de la familia.  Él se encargó del diseño, pero la plantación fue cosa de Iris, porque a pesar de haber pasado buena parte de su infancia en Florencia, su estilo estaba acorde con su origen y se orientaba a la jardinería inglesa.

Un jardín italiano con 3 secciones y 2 niveles

Cecil Pinset diseñó la estructura de sencillas camas de setos de boj y coberturas verdes que daban cobijo a arbustos, vivaces y trepadoras; y creó un jardín con el emblemático camino sinuoso de cipreses; especies nativas de Cyclamen; céspedes y praderas de flores silvestres.

Apuntan los expertos que el jardín sigue la fórmula clásica del paisaje: el confinamiento, la apertura, la sorpresa. Fue creado entre 1927 y 1939 en varias etapas, pero eso no restó ni un ápice a la armonía y unidad compositiva. Está dividido en 3 secciones distintas en diferentes niveles.

La casa está rodeada por un jardín italiano, que se divide en “habitaciones” geométricas, con setos de boj alrededor y limoneros en macetas de terracota.

Las escaleras de travertino conducen al jardín de rosas, presentado como una serie de parterres de formas geométricas, y una pérgola cubierta de glicinias. Todo ello, bordeado por una cobertura de lavanda en un lado y varias especies de plantas vivaces por el otro.

Las terrazas informales, diseñadas para seguir la configuración del terreno, suben por la colina, donde los cerezos, pinos y cipreses crecen entre tomillo y romero silvestre. Son terrazas escalonadas dispuestas simétricamente alrededor de un eje central.

El jardín entero está protegido por inmensos setos de cipreses que no permiten ver más allá del cielo y las montañas.

Hoy en día la finca está a cargo de las hijas de Iris y Antonio Origo, Benedetta y Donata. El jardín abre al publico un día a la semana, con visitas guiadas, y determinados fines de semana. ¿Qué hacemos? ¿vamos?

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