La única
manera que había de convencer a los directivos del Jardín Botánico de Nueva
York, en 1990, era presentando el acto con una fuerte vinculación con las
plantas, de tal forma que tuviera sentido esa instalación.
Y eso fue lo
que hizo Paul Busse, de 67 años, y lo hizo a conciencia. Hoy, veinticinco años
después, no solo ha conseguido que esa instalación armonice con las actividades
del jardín, sino que además ha logrado que los niños que acuden a ver la
instalación del Holiday Train Show,
deseen también conocer el arboretum. Como suele decirse, una cosa lleva a la
otra y si es así, bienvenida sea. Todo cobra sentido.
Holiday
Train Show 2015
Otro año más volvemos a visitar el Jardín Botánico de Nueva York para ver qué aspecto tiene su ya popular Hollyday Train Show. Pero no quisiera que nos limitáramos a contemplar el efecto visual de ese espectáculo que este año se basa en el tema de los polinizadores en el jardín y puede disfrutarse desde el pasado 26 de noviembre hasta el próximo 18 de enero de 2016.
La magia que diseñó Paul Busse en tonos tierra y a base de restos del reino vegetal no
para, a pesar de que él ya no puede participar en su instalación debido a la
enfermedad de Parkinson que sufre. Pero si lo ha hecho, un año más, su equipo formado
por 15 personas que vuelto a presentar una Estatua
de la Libertad creada a con hojas de palmera y cuya antorcha se hecho con
parte de un granada y pétalos de flores secas.
El Puente de Brooklyn formado por ramas de sauce y corteza de olmo o el edificio circular del Museo Guggenheim fabricado a partir de setas. El Empire Estate Building coronado con vainas de loto y la Biblioteca Pública de Nueva York hecha con ramas secas de canela cortadas en rodajas.
Para el Edificio Chrysler emplearon hojas de ginko y escamas de piñas de pino. Estos son solo algunos de los ejemplos que nos aproximan a ese universo, una especie de cuento de hadas que se ha convertido en una de las atracciones más populares de la ciudad en estas fechas, y que sólo el año pasado recibió 250.000 visitantes.
El Puente de Brooklyn formado por ramas de sauce y corteza de olmo o el edificio circular del Museo Guggenheim fabricado a partir de setas. El Empire Estate Building coronado con vainas de loto y la Biblioteca Pública de Nueva York hecha con ramas secas de canela cortadas en rodajas.
Para el Edificio Chrysler emplearon hojas de ginko y escamas de piñas de pino. Estos son solo algunos de los ejemplos que nos aproximan a ese universo, una especie de cuento de hadas que se ha convertido en una de las atracciones más populares de la ciudad en estas fechas, y que sólo el año pasado recibió 250.000 visitantes.
Réplica... o no tanto, porque intentan evitar una
replica exacta. Les interesa más reducir determinadas características y
exagerar otras, de tal modo que se acaba convirtiendo en una caricatura que, además de resultar estéticamente
admirable, puede servir para arrancar más de una sonrisa. Los sueños están
servidos. Tenemos un jardín y está permitido jugar en él. Os espero en el Jardín Botánico de Nueva York.
Fotos via: The Washington Post, Gothamist NYBG
Holiday Train Show NYBG