No solo el
litoral levantino es referente en la obra de Sorolla, del mismo modo que,
además de la luz y el mar o el blanco y el azul, el verde ocupó una buena parte
de su obra, especialmente cuando tuvo que recorrer España con motivo del
encargo para la Hispanic Society of America en la ciudad de Nueva York.
El filántropo e hispanista Archer Milton Huntington encargó a Joaquín Sorolla pintar una serie de cuadros en gran formato que recogieran la esencia diversa de España (tenéis más datos en el artículo que publiqué en su día con el título • Sorolla, la vendimia y Jerez. 10 estudios preparatorios)
Sorolla tenía
que capturar detalles de las gentes, usos, costumbres y paisajes de diferentes
pueblos españoles. Se trataba de una serie, titulada “Regiones de
España”, que estaba destinada a formar un gran panel en la Biblioteca
de la Hispanic Society of America en la ciudad de Nueva
York.
En los viajes
que realizó para desarrollar este trabajo, la España que retrató Sorolla a comienzos
del siglo XX correspondía a la época del desastre colonial tras la
fracasada Revolución del 68. En aquella época los artistas y creadores de
diferentes disciplinas trataban de buscar una imagen de España diferente, alejada de connotaciones propias de las
glorias ya pasadas y se centraban más en el paisaje. La búsqueda de esos
paisajes ya no se hacía únicamente en las regiones de la periferia peninsular,
sino que la Meseta Central y Castilla también entraban en juego.
Sorolla
tierra adentro
En
actualidad, el Museo Sorolla de Madrid acoge una exposición que podrá visitarse
hasta el próximo 5 de junio. Su título es ‘Sorolla tierra adentro’ y reúne 35
obras pertenecientes a dicho museo y que hacen referencia a esa etapa de la
Historia de España y de la obra de Sorolla.
Obras que
hablan del paisaje rural de Valencia,
de sus limoneros y naranjos, de su Albufera, de sus huertas y alquerías, de sus
barracas; y que se recoge en el apartado “Mitología regionalista y naturaleza.
La Valencia de Sorolla”.
Los montes de Asturias y País Vasco
combinan el verde de sus valles con el gris del clima invernal al que tanta
aversión tenía. Esas obras se recogen en “Sorolla en verde y gris”.
Parece ser
que su empeño en dar una nueva imagen de España se ve reflejado claramente en
la parte de la obra que se refiere al paisaje de Castilla. La hoz del Tajo o la muralla de Avila son buena muestra
de ello. Esas obras se reunen en el apartado 'La invención de Castilla como emblema nacional'.
De la
“Andalucía blanca” se muestran obras realizadas durante sus viajes a Andalucía. La Alhambra y Sierra Nevada,
los viñedos de Jerez que vimos en esta entrada o los campos secos poblados de
chumberas son algunos de sus modelos.
Tweet