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Será el primer parque subterráneo y está cada vez más cerca: Lowline de Nueva York

Acaban de cerrar la campaña de cofinanciación a través de Kickstarter y han recaudado 223.506$ dólares, de los 200.000$ que habían fijado como objetivo. El proyecto empieza bien, parece ser.


La campaña de concienciación para la creación de la llamada Lowline comenzó en 2012. Desde entonces, el proyecto ha contado también con el apoyo de una serie de grandes nombres. Su junta de asesores incluye, entre otros, a Robert Hammond y Joshua David, ambos co-creadores de la High Line de Nueva York; varios concejales y senadores de Nueva York y los miembros del Congreso.


La directora de la comunidad creada para la Lowline es Robyn Shapiro, al final de este artículo comparto un vídeo sobre una de las conferencias que ha impartido para explicar el proyecto. Su entusiasmo es digno de admirar.  El propósito es lograr que los neoyorquinos dispongan de un espacio públicobello que esté disponible todo el año, no solo los 3 o 4 meses en los que el clima agradable anima a pasar tiempo al aire libre.


Para realizar ese parque ideal pensaron que sería un gran acierto hacer uso de un amplio espacio infrautilizado en Manhatan: una antigua estación, adyacente a la estación de metro de Essex Street, creada en 1908 y abandonada desde 1948. Ahora, la idea es llenar una superficie aproximada de 4.100 metros cuadrados de plantas.

Contará con un sistema de ventilación que permita la circulación de aire limpio y hacer uso de ese espacio con total garantía. Y la luz ¿qué pasa con la luz? En la organización explican que se creará un sistema que han denominado “tragaluz remoto” que “recoge la luz solar en la superficie y la deriva a un complejo laberinto de reflexión que la multiplica hasta generar prácticamente una sensación de luz natural a varios metros bajo el suelo y permitir, además a las plantas, árboles y césped realizar la fotosíntesis”.

Detrás de este proyecto están diseñadores e ingenieros de reconocido prestigio y, por lo tanto, no dudo que la luz y el aire estén disponibles en ese sofisticado parque. Tampoco pongo en duda que sea un privilegio pasear por un jardín a cualquier hora y hasta los días más desapacibles del invierno, pero no puedo dejar de sentir cierto desasosiego y claustrofobia cuando veo las imágenes.

La compañía ya ha alquilado espacio en un edificio en Essex Street en el Lower East Side de Nueva York,  que utilizará como laboratorio –Lowline Lab- para simular el parque propuesto, entre septiembre de 2015 y febrero 2016. Está previsto que la Lowline vea la luz en 2018. El futuro es hoy, no cabe duda.

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