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Mantenimiento del manto vegetal de Puppy, la gran mascota del Museo Guggenheim Bilbao

Puppy, el perro de flores que custodia el Museo Guggenheim de Bilbao

Frente al edificio de Frank Gehry, Puppy, la gran mascota del Museo Guggenheim Bilbao, es la mayor escultura floral del mundo y uno de los iconos de ese museo. Esta obra del artista estadounidense Jeff Koons que cubren 38.000 plantas se somete a dos cambios de flores al año, uno en abril y otro en octubre.


Con una imponente estructura interior que hace pensar en el caballo de Troya, lo que Jeff Koons nos quiere transmitir con esta escultura es cómo intentamos controlar la naturaleza pero no conseguimos hacerlo. En la obra, Koons aúna pasado y presente, pues en ella emula los jardines clásicos europeos del siglo XVIII, pero empleando un sofisticado modelo de ordenador para crearla.


Desde que fue instalado en 1997, Puppy custodia las puertas del Museo Guggenheim de Bilbao cubierto con un manto cambiante de flores y se ha convertido en una de las señas de identidad de esa ciudad. Este West Highland white terrier, o Westie para los admiradores de esa raza, un pequeño perro escocés de pelo blanco, tiene 12,4 metros de altura y cerca de 16 toneladas de peso. La obra ya formaba parte de los fondos del museo antes de que se trasladara a Bilbao para inaugurarlo. Hoy en día, es la pieza más emblemática de la colección.

Un cultivo intensivo de 38.000 plantas

Puppy es un cultivo intensivo de 38.000 plantas en la calle, a merced de las inclemencias del tiempo a a lo largo de las estaciones, que resiste estoicamente porque es atendido cada día del año. La estructura tiene 12 metros de alto, 9 de ancho y pesa 15 toneladas. 


Desde su interior, un habitáculo de paredes de metal con cinco pisos de andamio, se controla todo el sistema de riego. Las paredes están formadas por cajones de turba cubiertos por una rejilla de acero y una malla geotextil verde. 

Manto de flores de Puppy, la gran mascota del Museo Guggenheim Bilbao

La selección del color de las flores que crean el diseño es siempre decisión de Jeff Koons y no se puede cambiar sin su aprobación.

Aunque hay un cierto control sobre la obra, hay que tener en cuenta que la naturaleza sigue su curso, y puede suceder que algunas plantas crezcan más y otras menos. Pero eso forma parte de la esencia de Puppy, que nos hace ver que en ocasiones tenemos que perder el control de lo que sucede.

Mantenimiento de Puppy

Del mantenimiento de esta obra se ocupa la empresa Ferrovial, y su responsable es Koldo Nieto, Gerente de Infraestructuras de Ferrovial Servicios.

La elección de las variedades de plantas es competencia de ellos, pero no así el color, que fue elegido hace décadas por su creador, Jeff Koons, para emular los jardines clásicos del siglo XVIII.

La cobertura completa está compuesta por 38.000 plantas que se cambian dos veces al año y su reposición ha de funcionar como un reloj, comenta Koldo Nieto, ya que estas plantas se preparan de manera específica para esta ubicación. Una vez colocadas las nuevas plantas se comienza en el vivero la preparación y cultivo del siguiente pedido para su implantación en seis meses.


Puppy, el perro de flores que custodia el Museo Guggenheim de Bilbao


La turba se cambia cada cuatro años, una tarea que lleva 20 días de trabajo. La renovación de las flores cada seis meses es un proceso que suele alargarse 10 jornadas en las que participan unos 30 jardineros. 
Pero no solo de la cubierta vive Puppy. Dentro se encuentra un complicado sistema de bombeo y dosificación de abonos y fitosanitarios gestionados a través de programadores que, en función de las condiciones climatológicas se van modificando y adaptando. El sistema de riego contiene 114 puntos repartidos en cuatro pisos, que se activan todas las noches, a las 22,30 horas, durante hora y media.

El mantenimiento consiste en revisiones semanales y analíticas periódicas, tanto del estado del sustrato (composición y nutrientes), como el estado de las plantas por posibles enfermedades o carencias. Esto hace que cada semana se le dediquen varias jornadas en exclusiva, y durante los cambios de flor se emplean hasta 30 jardineros simultáneamente.

Las flores de Puppy

Las plantas se cultivan por encargo en un vivero de Navarra, ya que necesitan un formato que no se comercializa habitualmente. Esto es así porque los cepellones tienen que ser muy pequeños, ya que las 38.000 plantas se introducen una a una a través de la malla y la rejilla. Inicialmente hay zonas en las que el geotextil se deja ver, pero pronto las flores lo cubren en su totalidad.

Mantenimiento de Puppy, el perro de flores que custodia el Museo Guggenheim de Bilbao

Cada seis meses la escultura luce una composición de flores diferente y en la parte de la papada ponen hiedra, puesto que las flores en esa zona podrían caerse por efecto de la gravedad.

En primavera-verano se pueden ver flores de plantas anuales como begonias, tagetes, petunias, ageratos, lobelias, alegrías e iberis, entre otras especies, que ofrecen combinaciones de colores con tonalidades de rojo, naranja, azul, rosa o blanco. 



En el otoño-invierno se cubría hasta este año solo con diferentes variedades de pensamientos (Viola x witrockiana), elegidos porque resisten bien las bajas temperaturas, la nieve y el granizo. Sin embargo, el pasado invierno tuvieron problemas con las plantas debido a un tipo de hongo que les afectó. Esto les hizo cambiar su programa y, tras consultar con el artista, este otoño decidieron introducir gradualmente pequeños porcentajes de otras especies de plantas de flor. 


Puppy con Mascarilla
Un icono como Puppy tenía que estar a la altura (…) y desde el pasado mes de octubre, coincidiendo con el cambio de su manto floral, luce mascarilla como el resto de los ciudadanos. Al fin y al cabo, Koons diseñó esta escultura pública con la finalidad de atraer, suscitar optimismo e infundir, en sus propias palabras, confianza y seguridad. Eso sí, su mascarilla es mucho más bonita que las nuestras, porque la suya está hecha de flores blancas y azules que en la imagen no se aprecian, pero pronto asomarán.

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