Un reto para los sentidos, eso es lo que pretenden que sea. Y reconocen que su propio reto es que quienes visitan el Pazo de Rubianes se sientan provocados por el jardín, la casa, el entorno y, además, la degustación de vino de las Rías Baixas.
“Esta casa fezo D. García Caamaño en el año 1.411″
El Pazo de Rubianes, ubicado en esa comarca de Pontevedra, fue construido en el siglo XII como torre-fortaleza. Se transformó en vivienda en el siglo XV. A finales del siglo XVII, un proyecto de jardinería que abarca el entorno más cercano al palacio y la zona conocida como estanque de las ranas, dio inicio al ajardinamiento del Pazo de Rubianes.
Hoy en día todo el mundo coincide en que recuerda más a un Chateau francés que a un pazo gallego. Algo tendrá que ver el hecho de que en el siglo XVIII, el entonces señor de Rubianes fue desterrado a Francia por el Rey Carlos IV y al encontrar, a su regreso, la finca y la casa en muy mal estado, encargó a un arquitecto francés su reconstrucción. Se realizaron ampliaciones de las áreas ajardinadas y se fueron determinando las áreas de cultivo. En la actualidad, el jardín ocupa 16 hectáreas (la finca tiene un total de 68 hectáreas)
Parque botánico del Pazo de Rubianes
Durante todo el siglo XVIII y XIX se introducen nuevas especies que se han convertido en auténticos monumentos vegetales del parque botánico del Pazo de Rubianes: magnolios, calocedros, criptomerias, eucaliptos, alcanfores, fresnos, araucarias, robles, alcornoques y camelias, entre otras muchas especies. De ellas dicen con orgullo que cuentan los años por centenares.
De nuevo la influencia francesa entra en el pazo, cuando, en la segunda mitad del siglo XIX, el jardinero francés Martín Dorgambide planificó la vegetación del bosque, el campo y el jardín. Hoy en día constituye un auténtico jardín botánico.
A la riqueza vegetal de ese jardín también contribuyó la Estación Fitopatoloxica do Areeiro, en Lourizán, organización creada por la Diputación Provincial de Pontevedra en colaboración con el CSIC (Centro Superior de Investigaciones Cientificas) y que ofrece una línea de ayuda para facilitar asesoramiento integrado al agricultor. De ese centro recibieron numerosas semillas que han favorecido la diversidad de especies del parque botánico de Rubianes.
Un jardín de invierno con las camelias como protagonistas, 4500 ejemplares para ser exactos, pero un jardín con vida todo el año con más de 600 especies botánicas que nos acompañan por los distintos recorridos que tienen programados. El parque botánico incluye un jardín francés, un jardín inglés, un nuevo jardín en pendiente y los viñedos.
“Ós viñedos do Marqués dalle o sol ata de noite”
“A los viñedos del Marqués le da el sol incluso por la noche” dice el dicho popular. En la actualidad los viñedos ocupan 25 hectáreas (es el más extenso de la comarca del Salnés) y es “el suelo de procedencia granítica poco profundo, dispuesto en laderas de una pendiente media y una magnífica orientación suroeste, hacen de este paraje un entorno excepcional para el cultivo del albariño”. Esa es su suerte. Después viene la de quienes tenemos el placer de degustar ese vino…
Jardín de Excelencia Internacional de la Camelia
La pasión por la jardinería se ha ido contagiando de padres a hijos y parece ser que es esa dedicación lo que ha contribuido a conseguir que el Parque Botánico del Pazo de Rubianes sea Jardín de Excelencia Internacional de la Camelia.
La actual propietaria, Paloma Rey Fernández-Latorre (señora de Rubianes) lleva trabajando en la conservación y mantenimiento de la finca 30 años y parece ser que es la protagonista de la recuperación que se realizó tras los incendios de 2006.
Resumir la historia de un lugar con 6 siglos de antigüedad en una tarea complicada. Volveremos otro día para conocer mejor los jardines. Mientras tanto, animo a quien no lo ha haya hecho antes, a que lo visite y si no es posible trasladarse hasta allí, el sitio web te pasea con todo lujo de detalles por el Pazo de Rubianes, su parque botánico y su viñedo. Buen viaje y ya me contaréis si para vosotros también ha sido un reto para los sentidos.
Fotos cortesía Pazo de Rubianes
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