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Phormium (Lino de Nueva Zelanda), plantas estructurales que proporcionan color en las cuatro estaciones

LPhormium ‘Pink Panter’ | Foto © Karl Gercens

 

Son valiosas plantas arquitectónicas, tolerantes a la sequía, el calor y el frío, que ofrecen interés a lo largo de año, incluido el invierno, gracias a sus hojas perennes en forma de espada que vienen en una amplia gama de colores. Con todas esas cualidades, no es de extrañar que las variedades disponibles de Phormium o lino de Nueva Zelanda sean muy apreciadas por jardineros y paisajistas para utilizar en diferentes esquemas de plantación de jardines.

Género Phormium

Phormium es un pequeño género de plantas herbáceas rizomatosas de hoja perenne, formado por solo dos especies de la familia Asphodelaceae, originarias de Nueva Zelanda. Aunque se les da el nombre común de ‘lino’, son bastante distintas de la planta del hemisferio norte conocida como lino (Linum usitatissimum). Su porte recuerda más a un arbusto, por lo que en jardinería se suelen clasificar en ese grupo de plantas.

Phormium tenax es la especie más grande, conocida comúnmente como lino de Nueva Zelanda y específicamente como lino de pantano. Es una planta de cobertura costera que se encuentra naturalmente en Nueva Zelanda y la isla Norfolk. Sus hojas son de color verde oscuro con el envés azul verdoso y su hábito varía de erguido a blando. Las flores producidas por plantas maduras son espigas verticales de color ciruela.

Phormium colensoi (sin. P. cookianum) es una especie bastante más pequeña. También conocida como lino de Nueva Zelanda y específicamente como lino de montaña. Es endémica de Nueva Zelanda, donde crece en acantilados costeros y laderas de montañas. Sus hojas son más arqueadas, suaves y cortas que las de Phormium tenax. Las flores producidas por plantas maduras son vainas de semillas retorcidas en espiral.


Phormium de hojas variegadas | Foto © Carl Gercens

Son plantas que han jugado un papel importante en la historia cultural y económica de Nueva Zelanda, tanto para el pueblo maorí como para los colonos europeos posteriores. Ambas especies y sus cultivares se han distribuido ampliamente en las regiones templadas del mundo como plantas ornamentales de jardín y, en menor medida, para la producción de fibra.

Phormium en el jardín

El llamativo follaje hace de Phormium una gran planta estructural y un excelente punto focal, especialmente cuando se cultiva en contenedores. 

Phormium cookianum ‘Tricolor’ en maceta | Foto © Karl Gercens


Los formios se cultivan mejor si se sitúan a pleno sol o semisombra. Si se cultivan a la sombra, con toda probabilidad adoptara un aspecto un tanto desgarbado y su hojas tendrán tonalidades más pálidas.

Se deben plantar en primavera o principios de otoño. No son exigentes en cuanto al tipo de suelo, siempre que sean moderadamente fértiles y retengan la humedad, pero bien drenados. No debemos plantarlos más profundamente pensando que eso puede proteger la base del posible daño de las heladas. Hay que plantarlo al mismo nivel que crece en el contenedor.

Una vez establecidos, resisten bien la sequía, aunque a veces puede ser beneficioso un poco de riego cuando vemos que las plantas no crecen bien porque el clima es muy caluroso y seco. Si los cultivamos en macetas o contenedores lógicamente son más vulnerables a los daños causados por la sequía, por lo que es necesario regarlos con más regularidad con el fin de mantener el sustrato húmedo, pero no empapado.

Toleran el frío, de hecho algunas variedades pueden hacer frente a -10ºC. Si las temperaturas son inferiores, podemos protegerlos los rizomas aplicando una buena capa de mantillo.

Los formios no necesitan una poda regular, pero las matas más viejas se benefician de una limpieza en primavera. Las hojas muertas o marchitas se pueden quitar tirando de ellas o recortando cerca de la base. Esto es importante porque dejar bases de hojas muertas que acaban pudriéndose puede ser un caldo de cultivo para hongos y plagas.

Si las matas comienzan a volverse demasiado grandes, en lugar de podarlas podemos levantar y dividirlas en primavera o principios del verano. 

Flores de Gaillardia y Phormium | Foto © Karl Gercens
Carex, Phormium y Cordyline | Foto © Karl Gercens
Foto © Karl Gercens
Phormium y Yucca guatemalensis | Foto © Karl Gercens

En el jardín, son ideales para bordes soleados, jardines de grava o contenedores; y muy adecuados para jardines costeros debido a su gran tolerancia al aire salino de esas zonas. Suelen verse junto a plantas de similar estructura, como Cordyline o Yucca, pero también junto a gramíneas ornamentales y vivaces.

Cultivares

La forma más común en jardinería es Phormium tenax, pero existen más de 125 cultivares de Phormium obtenidos de ambas especies. Esto nos da la opción de seleccionar las variedades más adecuados en función de nuestros gustos y requerimientos en el diseño y plantación del jardín, desde las más rústicas capaces de tolerar temperaturas mínimas de hasta -10ºC; hasta variedades que destacan por el cromatismo de sus hojas; o, incluso, elegir en función de su tamaño.

Phormium ‘Jester’ | Foto © Karl Gercens

Hay una gran cantidad de variaciones de color proporcionadas por los numerosos cultivares, que presentan hojas anchas en forma de espada, que pueden ser erguidas, ligeramente arqueadas o arqueadas, y varían en color desde amarillo verdoso hasta bronce púrpura. Las hojas suelen tener rayas o bordes de color crema, amarillo, rosa o rojo. Se pueden encontrar formas variegadas verde / amarillo como P. tenax ‘Variegatum’, que tiene hojas con una banda verde central y márgenes color crema; o P. cookianum subsp. hookeri ‘Tricolor’, que tiene hojas con rayas verdes y amarillas bordeadas de rojo; variedades de hojas de color salmón como ‘Jester’; formas rojas como ‘Evening Glow’; y muchos tipos de hojas casi negras: como ‘Back In Black’ y ‘Black Velvet’.

Los cultivares más altos suelen crecer alrededor de 1,5-2,1 m de altura, dependiendo del cultivo y las condiciones de crecimiento. Algunos formios, como Phormium tenax, pueden crecer más de 2,4 m de altura.

Los cultivares más compactos pueden alcanzar alrededor de 1,2-1,5 m de altura, una altura que dependerá de las condiciones de crecimiento. Es probable que si cultivamos los formios en suelos más húmedos y fértiles crezcan más.

También están disponibles cultivares más bajos (0,75-1,10 m de altura),  e incluso de porte enano (30-50 cm de altura), que pueden utilizarse como cobertura de suelo o en primera línea en borduras.

Phormium ‘Evenig Glow’ | Foto © Karl Gercens

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