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Senderos de savia. Un viaje por las vías que nos conectan con las plantas

Libro Senderos de savia de Aina S. Erice
Portada del libro Senderos de savia. Un viaje por las vías que nos conectan con las plantas, de Aina S. Erice

No cuenta cuentos, cuenta plantas, y lo hace francamente bien. Cuando se pone manos a la obra con un nuevo libro, lo que hace es contarnos historias de ciencias y letras que están protagonizadas por personas y plantas. Y ¿por qué lo hace? Porque Aina S. Erice es una convencida de que la divulgación vegetófila cumple una función social. En esta ocasión, en Senderos de savia, nos invita pasear con ella para descubrir curiosidades y anécdotas que pueden ayudarnos a conectar con las plantas y su entorno.

Senderos de savia es el último libro de Aina S. Erice, aunque en realidad está vinculado con su anterior publicación, El libro de las Plantas olvidadas una recuperación de los usos tradicionales de nuestras plantas. Cuando preparaba ese libro, llegó a recopilar tal cantidad de documentación, que tuvo que dejar fuera de cada ficha muchos datos y anécdotas de las plantas. La “información perdida” la rescató en 2019 gracias al podcast Las plantas perdidas, que ya va por su séptima temporada.

Aina S. Erice. Bióloga y escritora

En los audios da voz a las plantas y sus historias e, incluso, según sus palabras, da rienda suelta a la curiosidad vegetófila, lo que le permitió “meter anécdotas de lo más pintorescas”. En 2021, las primeras tres temporadas del podcast se convirtieron en el libro: Senderos de savia. Un viaje por las vías que nos conectan con las plantas.

Senderos de savia. Un viaje por las vías que nos conectan con las plantas

En el nuevo libro, las 47 páginas que dedica a la bibliografía manejada en cada capítulo evidencian el rigor en el análisis, estudio y redacción de sus textos. Un rigor que no significa, ni mucho menos, que Aina S. Erice utilice un lenguaje no apto para neófitos. Claro que no, todo lo contrario.

Siempre he mantenido que una de las muchas de sus virtudes es la capacidad que tiene de comunicar, de contagiar esa pasión y fascinación por el mundo vegetal en el más amplio sentido de la palabra. Palabras cálidas y cercanas, como si quisiera humanizar a las plantas, pero, afortunadamente, no es así. En realidad, lo que hace es dejar al desnudo la personalidad y vivencias de aquellas especies vegetales que ha seleccionado para que las conozcamos mejor. Para ello, en este libro traza unos senderos de savia llenos de sabiduría y de curiosidades botánicas y etnobotánicas; de las maneras y los “usos y costumbres” de esas plantas desde la perspectiva del ser humano, y su relevancia desde el punto de vista de la biodiversidad.

Senderos de savia es un viaje circular, un paseo de ida y vuelta. De hecho, en la primera página del libro, Aina nos presenta un mapa de viaje. A continuación, a modo de índice, una guía de viaje nos indica el recorrido y las nueve paradas, lugares en los que se detiene para contarnos historias y anécdotas de las plantas que se encuentran en ese entorno. El paseo se inicia al salir de casa, cuando amanece en el jardín y nos habla de las primeras plantas que vamos a encontrar allí. A media que avanza el día, esa aventura nos lleva a otros ocho lugares. En cada uno de ellos, nos esperan otros hábitats, más plantas y sus curiosidades, hasta que, al anochecer, regresamos a casa.

Las Ilustraciones del libro son de Gavina Ligas. Son dibujos en tinta china, realizados con el mínimo de trazos posibles y que, por lo tanto, no pretenden reproducir los detalles externos de la planta, sino que, al más puro estilo de la pintura china, reflejan lo que se percibe como esencia de la planta. Esa delicadeza y elegancia es lo que sedujo a Aina y, como suele decirse, le alabo el gusto.

Como sucedió con El libro de las Plantas olvidadas, en el nuevo libro pretende despertar en quien lo lee un sentimiento de curiosidad, de maravilla, de fascinación, con el propósito de que consigamos relacionarnos mejor con la diversidad que nos rodea. Tiene que convertirse en una herramienta que nos permita después conectar mejor con las plantas en el bosque, el campo, el jardín, allí donde las encontremos.

Ambos libros están íntimamente conectados, con diferentes estructuras, eso sí, pero con un denominador común: contagiar su pasión vegetófila y divulgar de forma amable la importancia de las plantas, porque “la pérdida de biodiversidad fragiliza los ecosistemas”. En realidad, Aina S. Erice no deja de divulgar y contagiar, porque ella misma reconoce estar convencida de que a la mayor parte de la humanidad le interesan las plantas, pero aún no lo saben.




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