100 medidas para conservar la biodiversidad en las ciudades

«Abran paso a los patos» Foto: Bethany Clarke/Getty Images via The Guardian

El divorcio entre el mundo urbanizado y la biodiversidad es un objetivo que ha de estar presente no solo entre las políticas ambientales, sino también en las urbanísticas, territoriales y sociales. Por eso, el objetivo de la publicación de estas 100 medidas que comparto hoy es promover la participación activa de la sociedad en la naturalización de los entornos urbanos, lo que significa que puede ser utilizada como guía para que los vecinos, a título individual, o a través de colectivos, puedan impulsar acciones en sus localidades.

Con el año recién estrenado, me ha parecido que es un buen momento para recordar algo que nos dejan claro en la introducción del manual que comparto, y es que nuestro Planeta está sufriendo hoy un proceso acelerado de pérdida de biodiversidad, que desde ámbitos científicos se comienza a describir como «la sexta extinción», en inequívoca referencia a otros procesos anteriores que acabaron con buena parte de las especies vivas existentes en tiempos pretéritos.

También nos advierten los autores del manual de algo que conocemos todos, o deberíamos conocer, y es que la degradación y destrucción de los hábitats, la contaminación de tierras y mares, la sobreexplotación de los recursos naturales y sobremanera el cambio climático originado por la actividad humana, sitúan la pérdida de la biodiversidad como uno de sus efectos más inmediatos y lesivos para nosotros: no en vano un mundo menos biodiversonos resultaría mucho más hostil.

Ljubljana, Capital Verde Europea 2016 (ver aquí)

Hace unos meses hablé del jardín diseñado por Jo Thompson (Springwatch Garden) que exhibió en RHS Hampton Court Palace Flower Show 2019, donde la diseñadora quiso crear un jardín capaz de mostrar la importancia de los corredores de vida silvestreentre los espacios vecinos, ya que permiten que los insectos, aves y mamíferos viajen de un jardín a otro en busca de comida y refugio (ver artículo aquí).

BBC Springwatch Garden • Jo Thompson • RHS Hampton Court Palace Garden Festival • © RHS/ Joanna Kossak

En esa misma línea, el Ayuntamiento de Bristol, dentro de los actos conmemorativos de la ciudad como Capital Verde Europea en 2015, programó una actividad denominada My Wild City (mi ciudad silvestre), un intento de transformar Bristol en una reserva natural con actos encaminados a lograr una ciudad amigable para la fauna silvestre: cajas para murciélagos y aves; o plantación de especies silvestres que atraigan abejas y mariposas. En ese programa animan a sus ciudadanos y les indican la forma de contribuir a crear “corredores verdes” para la fauna silvestre, independientemente del tamaño que pueda tener su jardín o, incluso, en ausencia de éste (ver artículo aquí).

«Abran paso a los patos», la foto de portada, muestra los carriles para patos pintados en los transitados caminos de sirga (caminos a orillas de los ríos y canales que sirven para llevar las embarcaciones tirando de ellas desde tierra) en Londres, Birmingham y Manchester (ver más aquí).

Ahora, os propongo echar un vistazo a esta publicación, que es el resultado de la experiencia directa de la organización no gubernamental SEO/BirdLife en diversos proyectos de conservación de la biodiversidad urbana desarrollados a lo largo de los últimos 15 años en Cantabria (principalmente en los municipios de Astillero y Santander) y cuenta, además, con contribuciones que reflejan experiencias de diferentes ciudades españolas.

Las 100 medidas que se recogen en este manual se consideran necesarias para la conservación de la biodiversidad en entornos urbanos. Agrupadas en seis ámbitos como la gestión municipal, la expansión urbanística, los edificios e infraestructuras, las infraestructuras verdes, espacios y especies, educación y participación, las 100 medidas van acompañadas con más de sesenta casos prácticos y reflexiones que profundizan en algunos de los temas. El manual se puede descargar gratuitamente aquí.