Cuando la mayoría de las
plantas del jardín hibernan, el eléboro (Helleborus)
regala color en invierno gracias a su follaje verde oscuro y sus flores radiantes.
Pero si antes de trasladarlo al jardín, queremos disfrutar unos días del eléboro en casa, será una buena eleccion, junto a otras plantas que decoran nuestra
Navidad.
Al eléboro a menudo se le llama comúnmente rosa de Navidad, aunque en realidad la verdadera
rosa de Navidad es la que se refiere a la especie Helleborus niger, con flores individuales en forma de copa, que pueden alcanzar los 10 cm de diámetro, de color blanco o ligeramente rosado.
Los eléboros más comunes
disponibles en el mercado son híbridos de aproximadamente seis o diez especies, estrechamente relacionadas, del
género Helleborus. Vienen en una amplia gama de colores de flores que van de verde a blanco,
rosa, burdeos profundos, amarillo y una gran cantidad de colores múltiples, incluso
algunas formas dobles con volantes.
Los eléboros que solemos ver
en los centros de jardinería en esta época del año son generalmente selecciones
e híbridos de Helleborus niger, una
planta vivaz rizomatosa que normalmente florece en diciembre, donde los
inviernos son suaves. En los jardines de clima más frío puede
florecer a finales del otoño o en la primavera más temprana.
Desde hace ya algunos años
muchas personas han optado por incluir los eléboros en la decoración del hogar,
muy especialmente en las fiestas de Navidad. Posiblemente esto se deba a que en
ocasiones nos cansamos de decorar la casa, porche o terraza utilizando siempre
las mismas plantas o, simplemente, porque deseamos incorporar alguna novedad
entre las opciones más clásicas, como la poinsettia (Euphorbia pulcherrima); algunos bulbos cultivados en interior, como
amarilis (Hippeastrum) o los narcisos
de flor blanca; y los cactus de navidad (Schlumbergera x Buckleyi), entre otras
alternativas.
De este modo, las macetas con
eléboros se han unido a las flores de las fiestas navideñas con ideas muy
sugerentes. Eso sí, es preferible situar la planta en un lugar tan fresco y
luminoso como sea posible cuando no la estemos disfrutando, es decir, podemos
colocarla en la mesa o en cualquier rincón que deseemos decorar cuando lo
deseemos, y después moverla a la zona más fresca y luminosa de nuestra casa. El
riego tiene que ser moderado, dejando secar entre riegos, pero sin dejar que se
marchite. Debemos evitar que se mojen las hojas, porque el suelo y el follaje
húmedos pueden provocar enfermedades fúngicas en los eléboros.
Los eléboros también pueden
hacer fabulosas flores cortadas para incluir en esos arreglos florales que
pueden llegar a alegrar un día de pleno invierno o dar un toque fresco a
nuestra decoración navideña. Una opción cada vez más utilizada es colocar las
flores sin tallos, flotando en un recipiente con agua, con lo que se consigue una pieza central
muy vistosa.
La ventaja de utilizar
eléboros para decorar nuestra casa en Navidad es que después podemos mover
gradualmente la planta al jardín, porche o terraza, para continuar cultivándola
en el exterior, donde florecerá durante el resto del invierno.
En el jardín algunos expertos
aconsejan situar los eléboros a pleno sol de invierno y que tengamos muy en
cuenta el drenaje: un eléboro se muere antes por exceso de agua que por sequía.
Si es difícil conseguir un terreno bien drenado, entonces sería aconsejable
plantarlos en cama elevada. Tolera suelos arenosos y arcillosos; y sus raíces
pueden crecer 60 cm o más, para encontrar la humedad y penetrar a través de
zonas menos accesibles.
Dentro o fuera de casa, la
temporada de eléboros ha comenzado y, con ello, las flores de invierno o, por qué
no, las rosas de Navidad.


