Tiene que pensar en ganar el premio para que se cumplan las expectativas de sus patrocinadores, como es lógico, pero también es cierto que lo que desea es lograr un jardín con el que se sientan contentos todos los que intervienen en él.

Dan Pearson y Chelsea
Dan Pearson vuelve a Chelsea Flower Show -tras once años de ausencia en ese festival-  y lo hace con un proyecto muy ambicioso. Todo un homenaje hortícola a una de las mayores casas palaciegas de Inglaterra: Chatsworth, en Derbyshire, donde residen los duques de Devonshire.
Foto: Katherine Anne Rose/Observer
Ha realizado cinco jardines en Chelsea Flower Show y la reputación de Dan Pearson se cimentó cuando ganó la medalla de oro en 1996. Pero en años posteriores se mantuvo al margen. Su trayectoria se alejaba de las “pasarelas”,  del despilfarro y consumismo que suele acompañar a este tipo de eventos, para dedicarse de lleno a una jardinería naturalista y fundamentada en la sostenibilidad. Una práctica que le ha hecho convertirse en uno de los jardineros paisajistas más admirado y respetado del mundo. En la actualidad él y su socio trabajan con una plantilla de 7 personas y tienen 35 proyectos en marcha, entre los que se encuentran un gran proyecto municipal en Shanghai y jardines privados en Palo Alto y Hawai. Además, escribe regularmente en un espacio de jardinería del diario británico The Guardian.  


 
 
Los últimos 10 años, los jóvenes paisajistas han traído savia nueva al festival, un soplo de aire fresco, sin duda. Tal vez eso haya hecho que fuera tarea más sencilla, por parte de la famosa firma de champagne Laurent-Perrier, convencerle para la creación de su jardín en Chelsea en 2015.
Dan Pearson y Chatsworth
Dan Pearson admite que al principio le costó encontrar un punto de conexión con el paisaje formal y rodeado de opulencia de Chatsworth. Pero nunca digas nunca jamás, porque encontró esa conexión. Frente a ese modelo que representa el dominio del hombre sobre el paisaje, descubrió rincones íntimos dentro de las 42 hectáreas de espacio verde, formados por rincones silvestres y aéreas cubiertas de musgo; zonas claramente poco visitadas y que presentaban un aspecto un tanto abandonado
 
 
Ahí estaba su conexión y, con ello, su inspiración, en forma de riachuelo truchero: la corriente de la trucha(Trout Stream) y la rocalla, diseñadas en su día por Joseph Paxton, fueron su punto de partida. 

Jason Ingram/Observer
Además, ese área contaba con otros elementos, como el agua transparente, algunos árboles singulares, hojas de bulbos de primavera asomando y orquídeas en verano, entre otras delicias. Pero esos elementos no estaban dispuestos de forma del todo satisfactoria. Para eso están los diseños ¿verdad? Pues el puzle ya estaba montado y el boceto empezaba a vislumbrarse: la corriente de la trucha y la rocalla estarían rodeadas de plantas ornamentales, las otras protagonistas de ese diseño de jardín.
Para dar un extra de autenticidad, las plantas, tierra vegetal y rocas (inmensas) serían trasladadas desde Chatsworth hasta Chelsea. ¿Qué os parece? Pues dicho y hecho. La tarea has sido complicada, con algún que otro contratiempo y cambio de última hora, pero el resultado está disponible, hoy solo para la prensa y para el resto de los humanos a partir de mañana. Será un placer ver ese jardín, sin duda. Ya veremos de qué modo lo conseguimos.

 
 

 

 

Fotos e información: The Guardian | The Telegraph | Chatsworth
 

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