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Oda al lentisco (Pistacia lentiscus), arbusto mediterráneo que tenía que ser árbol

Pistacia lentiscus (lentisco)

En cualquier sendero de los campos valencianos serán pocos los lugares donde no podamos disfrutar del fresco aroma a resina de las hojas de esta planta conocida, entre otros nombres comunes, como lentisco o mata (Pistacia lentiscus). Un arbusto mediterráneo capaz de adaptarse a las condiciones más duras en su hábitat natural, cualidad que le ha otorgado la posibilidad de estar en la lista de favoritos para el diseño con plantas mediterráneas en jardines con bajos requerimientos hídricos y en jardines costeros.

Pistacia lentiscus

El lentisco es un arbusto que crece desarrollando una masa redondeada y muy ramificada, a menudo más ancha que alta, y puede llegar a convertirse en un pequeño árbol de 1 a 4 m de altura (ocasionalmente hasta los 8 metros). En realidad, como ha sucedido con otras especies del bosque mediterráneo, la acción del hombre a lo largo de los siglos ha sido la que ha modificado la forma natural del lentisco, en este caso, por la explotación de la leña para elaborar carbón, y lo que tenía que ser un árbol se ha visto reducido a matorral. Pero si se deja crecer la mata, la raza de la especie sale y con el tiempo se puede convertir en un árbol de porte considerable.
Matorral mediterráneo con lentisco en l’Eliana (Camp del Turia), Valencia
 
La distribución nativa del lentisco se encuentra en toda la cuenca mediterránea y en Canarias, siendo abundante en las islas mayores de las Baleares y en la mitad este y sur de la Península Ibérica. Suele encontrarse en matorrales soleados, junto a especies como el palmito (Chamaerops humilis), la coscoja (Quercus coccifera) o el espino negro (Rhamnus lycioides); y en sotobosques de pinares y encinares, donde es capaz de adaptarse a las condiciones más duras: aire salino, suelos muy pobres, así como una excelente aclimatación al sol abrasador, pero también a la densa sombra de los bosques de pinos o robles.

 
Sus hojas perennes están divididas en folíolos gruesos y coriáceos y tienen un fuerte olor a resina, especialmente en verano. Son de color verde oscuro, pero en verano, las hojas tiernas son de un verde claro muy tierno, mientras que en invierno adquieren atractivas tonalidades bronce o malva.
 
Frutos de lentisco en pie femenino
 
Es una especie dioica, lo que significa que produce flores macho y hembra en árboles diferentes. La floración comienza en marzo en los sitios más cálidos y en mayo en los más fríos, siendo sincrónica entre ambos sexos, con flores carentes de corola, pequeñas y agrupadas formando racimos espesos. Los frutos, de la forma y tamaño de un guisante, se producen en los pies femeninos y son primero de color verde, luego rojo y finalmente, en la madurez, negro.

Planta (muy) útil

El lentisco ha sido una planta muy utilizada en las zonas donde crece, con una gran variedad de aplicaciones, principalmente en el ámbito medicinal. 
 
Pertenece a la familia de las anacardiáceas (Anarquideaceae), especies que aportan las típicas resinas como la almáciga del lentisco, el incienso, la mirra o la laca. Su resina (almáciga) de color ámbar rezuma como lágrimas doradas cuando se practican incisiones en el tronco y las ramas más gruesas, produciendo una masilla de goma que a los quince días se cristaliza y puede recogerse, utilizándola para aromatizar los alimentos, fabricar cementos dentarios y barnices, entre otros muchos usos.
 
En la isla griega de Quíos, en el mar Egeo, se produce lo que denominan mastiha (mástique), una de las resinas más buscadas y que se suele utilizar para aportar un aroma sutil en la cocina de Grecia, Oriente Próximo y Turquía, aunque no es tan demandada fuera de los países mediterráneos orientales. 

 
Mástique de Quíos (Mastiha de Chios) | Foto: Sally Pepper 
 
Esa resina se utiliza principalmente en repostería, helados, cafés, tes, vinos y licores. No es baladí su estima, ya que el mástique de Quíos es desde 1997 un producto con denominación de origen protegida (PDO) según la regulación de la Unión Europea. Además, en 2014, el cultivo de la mastiha o mástique de Quíos fue designado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, al considerarlo una ocupación familiar que requiere un laborioso cuidado durante todo el año por parte de hombres y mujeres de todas las edades, que participan en igualdad de condiciones en las distintas etapa. Bueno, eso argumentan, pero lo cierto es que son los hombres quienes se encargan de la fertilización natural y la poda de los arbustos en invierno, mientras que, desde mediados de junio, son las mujeres quienes se encargan de barrer, nivelar y limpiar el suelo alrededor del tronco, para que la masilla se pueda recuperar fácilmente. Lo que no especifican es quiénes se encargan de realizar una incisión en la piel de la corteza y ramas principales con una herramienta de hierro, una tarea que se realiza a partir del mes de julio. Una vez que la masilla se ha solidificado, las mujeres seleccionan primero las ‘lágrimas’ más grandes, las lavan y las colocan en cajas de madera en un lugar fresco.
 
Hojas de lentisco (Pistacia lentiscus)
También se ha dicho, y eso ha sucedido más cerca, que otro de los usos del lentisco deriva de la cualidad que se le atribuye de abrir el apetito, por lo que solían utilizarlo con los niños que no comían bien o los mayores que estaban convalecientes de alguna enfermedad. ¡El vermú! decían, refiriéndose a esa bebida que se obtenía después de poner a remojo durante unas horas algunas hojas de lentisco en vasos de agua fresca. Creo que no hay evidencia científica de su eficacia, pero dicho queda como dato curioso.
En jardinería
Independientemente de su amplio valor etnobotánico, hay que añadir que el lentisco también es una planta muy utilizada en jardinería, principalmente por su resistencia a la sequía, el viento y a los litorales. En los jardines de secano, Olivier Filippi considera al lentisco como uno de los mejores arbustos para proporcionar una columna vertebral permanente en las plantaciones. Un arbusto longevo ideal para jardines costeros, en jardines de grava y en plantaciones de bajos requerimientos hídricos, que puede utilizarse aislado o formando setos, y admite el cultivo en contenedores.

Lentiscos recortados en forma de bola para jardinería | Foto Vivaio Aumenta
 
Uno de los grandes valores del lentisco es que presenta una gran adaptabilidad a diferentes condiciones de cultivo, lo que aumentan las posibilidades de cultivarlo con éxito en el jardín. Es indiferente al tipo de suelo, apenas necesita riego, crece bien situado a pleno sol o en la sombra, y admite bien el recorte y poda de formación a partir del tercer año. Al ser una especie termófila, puede soportar altas temperaturas, pero no hay que olvidar que su resistencia al frío se sitúa entre -12,2 y -6,7º C. Solo se puede propagar por semillas frescas en invierno.

Sus frutos suelen alcanza el tamaño máximo al final del verano y maduran durante el otoño-invierno, convirtiéndose en una rico alimento para las aves sedentarias e invernantes, lo que otorga a esta planta el valor añadido de favorecer la biodiversidad en el jardín.

Otras especies de Pistacia

El género Pistacia tiene 11 especies reconocidas, la mayoría nativas de Eurasia, con una especie en el suroeste de América del Norte y otra en las Islas Canarias. Además del lentisco, hay que destacar el pistachero (Pistacia vera), un árbol caducifolio que se distribuye desde el Mediterráneo oriental hasta Kirguistán, del que se obtiene uno de los frutos secos más apreciados del mundo, el pistacho.

En jardinería y paisajismo, también se pueden ver Pistacia terebinthus y Pistacia altlantica, dos especies que con su presencia actúan como un indicador ecológico de zonas bien conservadas, y son utilizadas en restauración paisajística y jardinería.

 
Flores de Pistacia terebinthus (cornicabra) | Foto Candiru 

Pistacia terebinthus, conocido como cornicabra, es un arbusto nativo del Mediterráneo occidental y, a diferencia de P. lentiscus, tiene hojas compuestas con un folíolo terminal (por lo tanto, tienen un número impar de folíolos), son bastante más grandes y, además, se caen en invierno. Aunque es más exigente que el lentisco en cuanto a humedad, también resiste mejor que él al frío.

Pistacia altlantica, conocido como almácigo, se encuentra en el norte de África, el este del Mediterráneo y en Canarias. Utilizado principalmente en reforestación, se trata de un árbol caducifolio ramoso y de copa amplia, que alcanza 12 m de altura y tiene un porte imponente.

 
Pero la oda era al lentisco, y con él quiero terminar, con esa planta tolerante a la sequía con hojas aromáticas que tenía que ser árbol y, sin que haya rechistado, con el tiempo la hemos convertido en arbusto.
 
Pistacia lentiscus (lentisco)
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