En el jardín, patio o balcón, incluso en el interior del hogar. Los bulbos de flor de primavera forzados disponibles en los centros de jardinería y puntos de venta online son una solución perfecta para aquellas personas que no tienen “dedos verdes” o no pudieron plantarlos en otoño. En cualquier caso, es una manera de escapar de los fríos días grises y disfrutar de algunas flores de primavera en pleno invierno.
Qué es un bulbo forzado
Forzar los bulbos consiste en lograr imitar las condiciones frías y oscuras del invierno (idealmente a una temperatura de entre 1,5º C y 10º C) durante unas diez semanas, para dejar que las raíces lleguen a desarrollarse antes de llevarlas al interior, donde el calor (por encima de los 15º C) y la luz hacen creer a los bulbos que ha llegado la primavera, consiguiendo con ello que florezcan entre cuatro y seis semanas antes.
Podemos forzar los bulbos de flor de primavera nosotros mismos, pero es una tarea que tiene que hacerse en otoño. Si no hemos podido hacerlo, o no queremos complicarnos la vida, existe la posibilidad de adquirir macetas con bulbos de flor de primavera que ya vienen forzados, de modo que solo tenemos que esperar a que broten los tallos florales.
En los centros de jardinería se pueden encontrar diferentes variedades y especies de bulbos forzados de flor de primavera que se presentan en macetas. Los géneros más habituales son los jacintos (Hyactinhus), tulipanes (Tulipa) y narcisos (Narcissus). Pero, en algunos casos, también se pueden encontrar otros bulbos primaverales, como jacintos de uva o muscaris (Muscari), tableros de damas (Fritillaria) e iris de tallo corto, también llamados iris enanos (Iris reticulata). La mayoría de los bulbos florecerán de 2 a 5 semanas después de que salgan del frío, anunciando la primavera con sus colores brillantes y dulces fragancias.
Bulbos forzados para el interior del hogar
Los bulbos forzados están disponibles en centros de jardinería físicos y online desde diciembre o enero. Suelen contener uno o varios bulbos de flor que se han plantado en macetas, de tal forma que ya han desarrollado las raíces y los tallos, por lo que no tendrás que preocuparte de si van a florecer o no. En ocasiones, ya han comenzado a florecer en el punto de venta. Lo único que hay que hacer es colocarlos en un macetero bonito y situarlos en un rincón de la casa que permita disfrutar del mágico espectáculo de su crecimiento y floración.
Conviene colocar la maceta donde reciba entre 6 y 8 horas de sol directo todos los días. Lo ideal es situarlos en una habitación fresca, con temperaturas diurnas por debajo de los 21º C y temperaturas nocturnas de entre 10 y 12º C, como las que se encuentran cerca de una ventana. El crecimiento de los bulbos será más lento en una parte más fresca de la casa, y las temperaturas más cálidas pueden acelerar el crecimiento, pero, en ese caso, suelen desarrollar tallos florales más débiles.
Hay que estar atentos a las necesidades de humedad de los bulbos a medida que desarrollan hojas y tallos de flores. Inicialmente, puede ser necesario regar los bulbos una vez a la semana. Una vez que han comenzado a florecer, es posible que sea necesario regarlos uno o dos días a la semana si comprobamos que el sustrato está muy seco. En todos los casos, hay que regar evitando que el agua se acumule, para impedir la pudrición de los bulbos. La planta no necesita ser abonada, ya que el propio bulbo contiene casi todos los nutrientes que necesita.
La mayoría de los bulbos florecerán de 2 a 5 semanas después de haber salido del frío, y su duración varía según el tipo de bulbo y la variedad, pero generalmente es más corta de lo que cabría esperar de los bulbos cultivados en el jardín. Hay que tener en cuenta que las temperaturas cálidas y la baja humedad en el interior del hogar aceleran el declive de las flores. Si queremos prolongar la floración, una solución puede ser evitar que las macetas estén situadas con luz solar directa durante todo el día y moverlas a una habitación fresca por la noche.
Después de florecer
Cuando las flores envejecen, lo recomendable es desechar los bulbos, depositándolos en el contenedor de restos orgánicos o echándolos a la pila del compost, ya que no volverán a florecer en el interior del hogar.
No obstante, se pueden plantar en el jardín, si son resistentes a las temperaturas de la región, aunque las posibilidades de éxito son escasas y teniendo en cuenta, en el caso de prosperar, no volverán a florecer hasta al menos dos años.
Si queremos intentarlo, dejamos los tallos de las flores marchitas en la planta, ya que suelen permanecer verdes y realizan la fotosíntesis, lo que crea energía que se almacena en el bulbo. Situamos la maceta en una ventana soleada y continuamos regando regularmente. A finales de marzo, una vez que pase la amenaza de heladas fuertes, se plantan en el jardín y se riegan profundamente. Hay que dejar que el follaje muera naturalmente, sin cortar las hojas hasta que se vuelvan amarillas o marrones.
Hay que tener en cuenta que los tulipanes rara vez vuelven a florecer, pero se puede intentar con bulbos de narcisos, crocos y muscari.
Bulbos forzados para el jardín, patio o terraza
Los bulbos forzados para exteriores están en su mejor momento de febrero a abril. Una vez que se adquieren, se pueden extraer de la maceta original y trasplantarlos a nuevos contenedores, jardineras, macetas o directamente en el suelo del jardín. Puedes situarlos a pleno sol, en semisombra o, incluso, a la sombra. Después de regar regularmente, solo hay que esperar a que desarrollen los tallos florales y disfrutar de una primavera anticipada.
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