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Museo Calder Gardens en Filadelfia: jardines estilo Oudolf por amor al arte (y a la naturaleza)

Calder Gardens, Filadelfia. Septiembre 2025 | © Rob Cardillo
Vista del sendero principal serpenteando entre masas de aster, verónicas y gramíneas estivales. La fachada dorada del pabellón refleja el cielo de Filadelfia, disolviendo los límites entre arquitectura y paisaje

El museo Calder Gardens se ha definido como una extensión viva de la obra de Alexander Calder. En ese nuevo museo de Filadelfia, la naturaleza y la arquitectura se funden gracias a la matriz vegetal en capas estacionales diseñada, en su característico estilo de plantación naturalista, por el notable diseñador de jardines holandés Piet Oudolf. Allí conviven estructura y textura para reflejar el ciclo vital de 37.000 plantas de más de 250 diferentes especies vegetales y su belleza cambiante. Es, en definitiva, un jardín creado por amor al arte y, cómo no, a la naturaleza.


Calder Gardens, un santuario urbano en Filadelfia

Se habla también de Calder Gardens como un espacio convertido en algo así como un “santuario urbano”, en referencia a que no se ha concebido como un museo tradicional, sino un lugar donde arte, naturaleza y arquitectura dialogan, con obras de Alexander Calder que se exhiben tanto en interiores como en exterior.

Calder Gardens en Filadelfia. Septiembre 2025 | © Rob Cardillo

El proyecto está dedicado al arte y las ideas de Alexander Calder (1898-1976), nativo de Filadelfia (Pensilvania, EEUU), y considerado uno de los más innovadores e influyentes artistas del siglo XX, a quien los filántropos de la ciudad han querido honrar durante mucho tiempo.

Vista aérea del conjunto: la topografía vegetal envuelve la arquitectura semienterrada, conectando el jardín con la ciudad
© Herzog & de Meuron

Los jardines rodean un edificio tipo cobertizo de unos 1.700 metros cuadrados y están ubicados junto al Benjamin Franklin Parkway, un importante eje que atraviesa Filadelfia y la principal arteria cultural de la ciudad. Inaugurado en septiembre de 2025, el museo, obra del prestigioso estudio suizo Herzog & de Meuron, alberga la mayor parte de sus espacios de exhibición bajo tierra.

Aunque el edificio cumple con los requisitos técnicos típicos de un museo tradicional, en realidad se ha concebido como un espacio que facilita la interacción entre el arte, la arquitectura, la naturaleza, las personas que lo visitan y la ciudad que lo rodea.  


Los móviles de Alexander Calder: forma, movimiento y sonido

Con galerías iluminadas por luz natural, en una estructura instalada entre un paisaje fluido de especies nativas y en flor, el museo Calder Gardens presentará una selección rotativa de obras maestras de la Fundación Calder, Nueva York, incluidos sus emblemáticos móviles, así como esculturas monumentales, pinturas y dibujos de Calder.

Cuando tenía 30 años, comenzó a crear sus primeras esculturas en movimiento, que Marcel Duchamp llamó móviles. Giulio Caro Argan, historiador y crítico de arte italiano, habla así de los móviles de Alexander Calder en su libro El Arte Moderno:

Interior del pabellón de Calder Gardens, donde las esculturas de Alexander Calder se suspenden en un espacio de luz contenida y textura natural | © Rob Cardillo

“Hay que tener en cuenta que el movimiento del montaje no tiene nada de mecánico: es la recuperación natural de un equilibrio momentáneamente alterado, y la única fuerza que actúa es la inercia. El montaje mecánico se mueve naturalmente, como las ramas y las hojas de un árbol por el viento. Casi espontáneamente, los móviles reencuentran una morfología arbórea: los hilos son ramas, los perfiles son hojas. Y, por último, las técnicas humanas, por lo sencillas o complejas que sean, por un momento, superficialmente, turban las leyes de la naturaleza. En esa experiencia que se tiene con el objeto entra también en juego el ruido de los elementos que al moverse chocan entre sí: también los sonidos, al igual que las formas, dan el sentido y la medida del espacio. Al igual que hay un espacio visual, existe un espacio acústico. Y la obra de arte que vive y se mueve en ese doble espacio ha de ser vista y escuchada”.


Los jardines Calder al estilo Oudolf

En una entrevista concedida a la casa de subastas Christie’s, Oudolf comenta que “a ambos lados del jardín, hay pequeñas zonas boscosas, «conceptos de jardín», ideas que hacen que cada parte del jardín se sienta única. Así, desde algunas entradas, no se ve el jardín completo de inmediato. Se camina a través del bosque y luego el jardín se abre a diferentes tipos de plantaciones. Hay un jardín perenne que llamamos «bordes robustos» y otro que llamamos «matriz» o plantación tipo pradera, especialmente alrededor de la entrada. Cada espacio ofrece una experiencia diferente”.

Diseño de plantación de Calder Gardens | © Piet Oudolf

Como suele suceder con los proyectos de Oudolf, en el diseño del jardín no presenta un recorrido lineal. Su propósito es que la experiencia del visitante cuando recorre ese espacio sea diferente dependiendo del modo en el que accedas a él. Para ayudar a conseguirlo, en los Calder Gardens se proyectaron tres entradas desde diferentes calles.

También ha sido fiel a su empeño en diseñar una paleta vegetal que ofrece el interés durante todo el año. De nuevo, el jardín emerge con bulbos a principios de la primavera, luego con plantas de bosque y efímeras. “Las plantas vivaces más tradicionales —las que llamo perennes de «cielo abierto»— aparecen más tarde, en mayo y junio. El bosque da la floración a principios de la primavera y luego se extiende a otras zonas según cambian las estaciones. De esta manera, el jardín evoluciona con el tiempo y ninguna zona domina todo el año”.

Reflejos botánicos sobre fachada metálica en Calder Gardens. Septiembre 2025 | © Rob Cardillo

En esa misma entrevista especifica que las esculturas de Calder no se ubican entre las plantas, ya que tienen espacios designados, como la entrada y los patios hundidos bajo la planta principal del museo. “Diseñamos la plantación para que interactúe con los muros que rodean esos espacios, cubriéndolos con plantas que cuelgan o trepan. El buen arte siempre encaja en un jardín bien diseñado”.


Seis zonas interconectadas

Uno de los puntos destacados de los Calder Gardens es que el conjunto se organiza en seis zonas interconectadas: West Woodland (bosque nativo con robles, tupelos y hamamelis); West & East Meadows (praderas de gramíneas y vivaces), Prairie Matrix (composición abierta de especies americanas), Vestige Garden (jardín vertical de trepadoras), Sunken Garden (espacio hundido e íntimo) y Circle Entrance (pradera ornamental de bienvenida). El edificio central de Herzog & de Meuron actúa como punto de transición visual entre los hábitats.


Paleta vegetal

El proyecto de los Calder Gardens combina comunidades vegetales mixtas, con plantación de alta calidad y mantenimiento ecológico. Teniendo en cuenta que el clima de Filadelfia es más templado que el de Chicago, ciudad que alberga el Lurie Garden desde hace 20 años; y más suave que el de Nueva York, donde prospera la High Line desde 2009, Piet Oudolf ha reconocido que podría usar toda su gama de plantas en ese espacio, sin limitaciones por el frío extremo.

Detalle del prado central, donde Oudolf organiza el color en transiciones sutiles: púrpuras de Aster y Salvia, ocres de Panicum y el verde pálido de los Sedum (Hylothelephium) en reposo. Septiembre 2025 | © Rob Cardillo

En este caso, la paleta está integrada por aproximadamente 37.000 plantas vivaces de más de 195 variedades, junto con más de 50 variedades de árboles y arbustos

De acuerdo con el principio de Piet Oudolf de mantener la belleza en el jardín durante todo el ciclo vital, se crea una dinámica estacional controlada en la que se integra una estructura permanente y una floración cambiante. Desde esa perspectiva, los esqueletos de las plantas y sus cabezas de semillas secas jugarán un papel crucial durante el invierno.


Gramíneas ornamentales

En la paleta vegetal principal se encuentran gramíneas ornamentales como Sporobolus heterolepis, una gramínea baja y aromática que crea textura continua y que nunca falta en la mayoría de los jardines de Oudolf; Panicum virgatum, de porte vertical, aporta volumen; Calamagrostis × acutiflora ‘Karl Foerster’, también aporta verticalidad y, además, ritmo en las borduras; y, para cambios cromáticos intensos en otoño, Schizachyrium scoparium.

Desde el acceso norte, el prado occidental se presenta como una extensión de gramíneas
ornamentales con estratos escalonados. Septiembre 2025 | © Rob Cardillo

Vivaces

En primavera, destacan vivaces de floración primaveral como Monarda bradburiana, Baptisia australis y Baptisia leucantha. 

No podían faltar las ya clásicas vivaces de flor estival como Echinacea purpurea, Helenium ‘Moerheim Beauty’, Helenium ‘Loysder Wieck’; y, aportando verticalidad, Veronicastrum virginicum. En verano también sobresale el follaje delicado y aireado de Thalictrum rochebrunianum; las flores en tono naranja brillante que adoran las mariposas de Asclepias tuberosa ‘Gay Butterflies’; y las flores amarillas de la especie mediterránea de follaje persistente en invierno Phlomis russeliana.

Las plantaciones próximas al edificio se estructuran con especies de porte medio y gramíneas finas que reflejan la superficie metálica ondulante. Septiembre 2025 | © Rob Cardillo
Aster amellus ‘Mira’ | © Calder Gardens

Otras herbáceas perennes presentes en esa paleta, en este caso con especial interés otoñal, son Aster novae-angliae; Aster amellus ‘Sonora’ y ‘Mira’; Aster ‘Twilight’; Geranium ‘Sirak’; las altas inflorescencias púrpura de Eupatorium purpureum ‘Gateway’; Anemone hupehensis ‘Hadspen Abundance’; y Amsonia hubrichtii dejando ver su follaje fino dorado en esa estación.


Árboles y arbustos

Entre los arbustos y árboles seleccionados se encuentran Quercus bicolor, árbol dominante en el Woodland Garden de esos jardines; Cornus florida, de estrato intermedio; Hamamelis virginiana, arbusto estructural con interés invernal; Celtis occidentalis, un almez nativo con porte estructural alto; Cercis canadensis, en este caso con porte ornamental medio y ofreciendo color inicial con la característica floración rosada del árbol del amor. También de porte ornamental medio, se incluyen en la paleta cornejos (Cornus florida) y los frutos rojos de Nyssa silvatica.

Un joven Quercus bicolor emerge entre masas de Aster, con la fachada de acero como fondo especular. Septiembre 2025
© Rob Cardillo

Enredaderas y trepadoras

En el Vestige Garden las paredes están cubiertas de trepadoras y enredaderas. Desde abajo asciende Parthenocissus henryana, enredadera con distintivas venas plateadas y vistoso color otoñal rojo intenso; y Shizophragma hydrangeoides, conocida como hortensia trepadora, un arbusto trepador con grandes inflorescencias planas y vistosas brácteas blancas, que trepa también por los muros sombreados del Sunken Garden junto a la clemátide Clematis ‘Praecox’.

Desde arriba, se extienden en el Vestige Garden la glicinia Wisteria frutescens ‘Amethyst Falls’, de floración rosa-roja; y reforzando la verticalidad, la clemátide Clematis texensis ‘Radiance’; y la madreselva Lonicera sempervirens ‘Major Wheeler’.


Un jardín por amor al arte

La idea de que el museo Calder Gardens traiga al siglo XXI el legado de una familia de Filadelfia, cuyo trabajo ha definido y enriquecido a la ciudad durante más de un siglo, parece que se está cumpliendo.

“Saliendo de la transitada Parkway, los visitantes se acercarán al edificio a lo largo de un camino que serpentea a través de un paisaje similar a un prado salpicado de árboles, llegando a la entrada principal en la fachada norte del edificio. Más allá del umbral, una secuencia de espacios se revelará bajo el nivel del suelo como volúmenes distintos que albergarán una exhibición en constante cambio de las obras más aclamadas de Calder. Grandes ventanas bañarán los interiores con luz natural y enmarcarán tanto las geometrías cambiantes del trabajo de Calder como las vistas de diferentes jardines concebidos como galerías al aire libre”.

Así presentan el museo Calder Gardens. Así habrá que mirarlo cuando se visite. Como un museo y jardines creados por amor al arte de Alexander Calder.

Acceso inferior al jardín, donde las esculturas de acero negro marcan el tránsito entre la obra construida y el paisaje vegetal
Tripes, 1974. Chapa metálica, pernos y pintura. Fundación Calder, Nueva York
© Rob Cardillo

Fotos e información: Rob Cardillo y Calder Gardens



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